10 novelas románticas para viajar en Semana Santa sin moverte de tu sofá.

Aunque la semana santa esté a la vuelta de la esquina, este año, al menos por ahora, lo de viajar todavía va a tener que esperar un poco más, así que os traigo algunas ideas estupendas para viajar sin tener que moveros de casa. ¡Ni tan siquiera del sofá! Al fin y al cabo, ya se sabe que, para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro. 

 

Quizás la mayoría no lo sepáis (y probablemente tampoco os importe), pero hice la carrera de Turismo y durante muchos años ejercí como agente de viajes, así que la experiencia me avala a la hora de recomendar destinos para todos los gustos y posibilidades. 

¡Vamos allá! 

(Tenéis el enlace a la reseña completa correspondiente dentro de cada destino, por si os apetece saber un poco más).

DESTINO 1: PARÍS.

La ciudad de la luz es un destino típico para Semana Santa, por lo mucho que ofrece para quien quiere disfrutar de unos días intensos o una escapada romántica. Han sido varias las novelas que me han transportado allí con facilidad, y con las que me he visto paseando por sus avenidas (cosa que, por suerte, he tenido ocasión de hacer realidad varias veces), pero la que voy a proponeros es Nadina o la atracción del vacío, de Marisa Sicilia. Aunque nos lleva a un París un tanto convulso debido a la amenaza de atentados terroristas, es una historia preciosa. La melancolía de Nadina os dejará asomaros con ella a la orilla del Sena, y Mathieu os mostrará también las zonas que no salen en los folletos turísticos. Os la recomiendo sin dudar.

DESTINO 2: LONDRES.

Otro clásico destino de puente. Londres es una ciudad perfecta para perderse en sus calles, y más aún para perderse en una librería, como le ocurre a Agnes, la protagonista de La librería del señor Livingstone, de Mónica Gutiérrez Artero. Es una novela preciosa, perfecta para recordar que la felicidad está en las pequeñas cosas y que siempre hay que valorar lo que tenemos y a las personas que nos rodean. La tristeza y el desánimo que envuelven a la protagonista al comenzar el libro son un fiel reflejo de la imagen brumosa de la ciudad que todos hemos tenido alguna vez en la cabeza, pero también nos muestra que, con un poco de ánimo, cualquier destino se puede convertir en inolvidable. 

DESTINO 3: ESCOCIA.

Aunque no queda lejos del destino anterior, merece un apartado propio, porque ¿qué lectora de romántica no ha soñado alguna vez con viajar a las Highlands? Yo os invito a visitarlas de la mano de Rocío con Highlander tenías que ser, de Laura Nuño. Os vais a partir de risa con las ocurrencias de esta bloguera loca que disfruta lo indecible torturando al highlander de turno. Todo empieza con un reto. Después, el paisaje tranquilo de las Highlands, un precioso castillo, y un hombre borde como él solo pero al que, a pesar de eso, apetece conocer, hacen el resto. ¿Qué, ya estás haciendo las maletas?

DESTINO 4: PRAGA.

He estado tentada de meter también Viena y Berlín, que son otros destinos típicos de estas fechas (al fin y al cabo, Centroeuropa tiene un encanto especial y está como quien dice aquí al lado), pero las he dejado aparcadas porque eran novela histórica, y en otro momento les tocará. Pero bueno, Praga es una ciudad fascinante y que trae la historia hasta el presente, así que os invito a visitarla de la mano de Gabriela con Si solo una hora tuviera, de Caroline March.

Gabriela no os va a llevar precisamente de visita turística porque, para empezar, el viaje a Praga es algo que no emprende con demasiada ilusión, y además de que no está predispuesta a disfrutarlo, al llegar allí se le viene el mundo encima. Es una novela intensa, con personajes heridos y que sufren mucho, pero incluso sin ser conscientes de ello, siguen luchando por salir a flote aun cuando todo parece perdido. Y merece la pena seguir adelante para averiguar que no es así. Os invito a descubrirlo. 

DESTINO 5: NUEVA YORK (Y MALI).

Llegamos a los grandes viajes, que si bien en la vida real es cierto que no están al alcance de cualquiera, los libros los ponen al alcance de todos. Con esta preciosa historia de Anna García, acompañaremos a Ashley y Max desde una aldea remota de Mali, donde Max ejerce como médico, hasta la bulliciosa Nueva York, donde conoceremos también a Simon y Chloe. Te quiero a tú es la historia de dos parejas, de dos familias y de dos lugares muy diferentes, pero que se complementan a la perfección. Emociones, sentimientos, sonrisas, y preciosas puestas de sol garantizadas. 

DESTINO 6: ÁFRICA.

Si el combinado Mali-Nueva York no os acaba de convencer (o si os ha sabido a poco, que también puede ser), os traigo también un viaje al corazón de África como destino exclusivo, en este caso al Congo. Con Empezar de nuevo, de Isabel Keats, os trasladaréis allí de la mano de Álex, una joven médico que ha elegido ese destino remoto para empezar de nuevo tras una hecatombe que ha puesto su vida del revés, pero se encuentra con un militar norteamericano que no parece estar dispuesto a ayudarla a encontrar la tranquilidad y la estabilidad que tanto ansía. 

La novela muestra con maestría el ambiente de la pequeña aldea africana, bullicioso y tranquilo, perezoso y vital, peligroso y también sencillo, que te envuelve y te transporta sin ser apenas consciente de ello. 

La forma más fácil y rápida de viajar a África sin visados ni vacunas. ¡Y sin hacer maletas!

DESTINO 7: ALASKA.

Bueno, este no es realmente un destino típico de Semana Santa, pero ya que no necesitamos hacer maletas ni perder tiempo en el avión, he pensado: ¿Por qué no? Después de todo, es un lugar maravilloso donde no es difícil encontrar la calma que a veces tanto necesitamos, ¿verdad? Aunque eso  no sea exactamente lo que le ocurre a Heather en El día que dejó de nevar en Alaska, de Alice Kellen. 

Un pueblo remoto de Alaska es el lugar ideal para perderse y reinventarse lejos de todo, o eso piensa Heather, que llega allí huyendo de todo pero, sobre todo, de sí misma. El frío y la nieve parecen llegar incluso al corazón de algunas personas, como Nilak, que es frío, distante y arisco como él solo. Pero en los maravillosos paisajes de Alaska, un vecino huraño, un perro fiel, y los nuevos amigos que va encontrando, tal vez pueda encontrar también la felicidad. 

¡No hace falta ni que te abrigues, si acaso ponte la manta del sofá y un café, y a por él!

DESTINO 8: LA PLAYA.

Si los viajes largos o a destinos exóticos os dan un poco de pereza, no os preocupéis, que tenemos alternativas. Para una escapadita inolvidable también nos sirve la playa, cualquiera que tengamos a mano. Os propongo acompañar a Eli en La historia de Cas, de Laura Sanz. Entre chiringuitos, cervecitas y atardeceres a la orilla del mar, vais a descubrir que no hay por qué conformarse con lo que todo el mundo espera de nosotros si eso nos hace infelices. Y que relacionarse con gente muy diferente a nosotros puede ser no solo interesante, sino todo un descubrimiento. 

DESTINO 9: LA MONTAÑA.

Bueno, ya se sabe que hay gente de playa, y gente de montaña, así que, para que nadie se quede sin ideas, os traigo también una novela con la que casi vais a poder sentir el viento helado de las cumbres y el aire tan limpio que casi hiere los pulmones. El alojamiento es un tanto rústico, pero si en Montañeros, una especie en extinción, de José de la Rosa, Julia puede alojarse en la cabaña de Jedidiah Mountain, vosotras también, ¿no? Aunque sea muy bruto y esté acostumbrado a hacer las cosas a su manera y sin dar explicaciones a nadie. El pueblo es tan pequeño que conoceréis enseguida a casi todos sus habitantes, pero eso es parte de su encanto. 

Se os va a hacer corta, no digáis que no os avisé.

DESTINO 10: EL PUEBLO.

El que más y el que menos tiene un pueblo de referencia. El de sus padres, o sus abuelos, o ese pueblo maravilloso donde María encontró al hombre de su vida en Ardiente Verano, de Noelia Amarillo. Y donde Andrés, en Bajo el calor de tu piel, regresa para reencontrarse con su pasado acompañado de unos amigos entrañables. El pueblo que su madre odiaba por unos motivos (pero en el que se quedó, por otros completamente opuestos) y del que Andrés ha estado huyendo porque los recuerdos y los errores duelen demasiado. Igual podéis echar una mano a Caleb con las labores del campo, y respirar la tranquilidad (relativa, que ya os adelanto que se lía parda) durante unos días antes de volver a la vorágine del día a día. Os aseguro que es una escapada que os va a sentar de lujo.

En fin, hasta aquí mis recomendaciones. No me diréis que no hay destinos para todos los gustos, ¿eh? Seguro que no podéis quedaros solo con uno.

Ahora venga, confesad, ¿a dónde os vais en Semana Santa? (Literariamente hablando, por supuesto).