Los príncipes solo viven en los cuentos (Isabel Keats)

Me llevé una alegría al encontrar esta  novela en Prime Reading, porque era una de las que me faltaba por leer, así que no dudé en aprovechar la oportunidad. Isabel Keats es una autora que me gusta mucho porque sus historias tienen un humor muy fresco y unas situaciones un poco locas que me divierten un montón. En esta ocasión, tampoco me ha decepcionado. 

SINOPSIS:

Bibi lleva años enamorada de Gonzalo, su nuevo jefe. El típico caso de amor platónico incurable.

Gonzalo, en vías de recuperación tras un desengaño amoroso, ni se imagina los sentimientos de su secretaria.

A Rolo, el amigo de Bibi, le gustan todas y a Taty, la amiga de Gonzalo, no le gusta ninguno.

Irene, la madre de Gonzalo, quiere que su hijo se case con Taty.

Taty también quiere casarse con Gonzalo, aunque no por los motivos correctos.

Gonzalo, en cambio, no quiere casarse con Taty, pero los suyos sí son los motivos correctos.

Lo malo es que Bibi está convencida de que Gonzalo ama a Taty.

A lo que hay que añadir que Rolo abriga intenciones inconfesables hacia la amiga pija de Gonzalo.

Eso sí, Taty pasa millas de Rolo, al que considera un patán sin muchas luces.

Sin embargo, nadie cuenta con el Destino, que ha decidido meterlos a todos juntos en una coctelera y agitar.

Y, aunque parezca increíble, de todo este lío surgirá el Amor Verdadero. El amor que camina a tu lado en lo bueno y en lo malo. Ese amor del que no se habla en los cuentos.

* * *

Si hay algo que cabe destacar en esta novela es, sobre todo, la evolución de los personajes. Bibi, que en los primeros capítulos parece el paradigma de secretaria torpe que se vuelve más torpe aún en presencia de su guapísimo nuevo jefe, resulta ser mucho más que eso. Es una mujer trabajadora, fuerte, honesta, inteligente y que, a pesar de su juventud, ha sido capaz de sacar adelante a sus dos hermanos pequeños. Gonzalo la trastorna porque le gusta mucho y lo tiene un poco idealizado, pero cuando supera sus ataques de timidez y se muestra tal cual es, lo desarma casi de inmediato. 

Gonzalo es un buen tipo. Un poco soso porque ha olvidado cómo disfrutar de las pequeñas cosas, pero en cuanto conoce a la verdadera Bibi y a su familia, comienza a echar de menos cosas que ni siquiera sabía que quería. 

Es un amor a fuego lento, con algunas situaciones muy divertidas, otras muy tiernas y hasta algún pequeño drama. Los personajes secundarios son de diez, empezando por los hermanos de Bibi y la madre de Gonzalo, entre los que también se establece una relación muy especial. 

Mención aparte merecen Rolo y Taty, el mejor amigo de Bibi y la mejor amiga de Gonzalo. Un macarra buenazo y picaflor, y una pija fría y calculadora que mira a todo el mundo por encima del hombro, pero es la mujer más guapa que él ha visto nunca, así que decide bajarle los humos y llevársela al huerto. Imposible concebir que entre ellos pueda haber algo, mucho menos que ese algo pueda llegar a alguna parte, ¿no? Pues agarraos que vienen curvas. 

La verdad es que con ellos le voy a  poner una pega a la novela, y es que llega un punto en que toman tanta importancia, y su historia es tan intensa y tan bonita que desplazan un poco a los protagonistas. No es que tenga queja de de ellos porque, aunque de los divertidísimos encontronazos y pullas del principio van pasando a algo más serio, dejándose ver por dentro poco a poco y descubriendo dos personas que poco tienen que ver con la imagen que proyectan, y que sorprenden gratamente, creo que desequilibran un poco la trama. Quizás incluso diría que el final feliz de Gonzalo y  Bibi se diluye un poco en la resolución de la historia de ellos dos. Por lo demás, solo puedo decir que me he enamorado de todos ellos, que me he reído un montón, y que si queréis disfrutar de una preciosa historia de amor y superación (de dos por el precio de una, en realidad) os animo a que le deis una oportunidad.