lunes, 2 de julio de 2018

Ligeramente casados (Mary Balogh)

Esta novela me la recomendó hace mucho tiempo una compañera de trabajo. Yo ni siquiera había oído hablar de la autora, a pesar de que acostumbraba a leer romántica histórica de cuando en cuando. He aquí que, años después, me la encontré en una estantería de ofertas en el supermercado (que siempre miro porque en verano me encanta leer en papel en la playa o la piscina). De inmediato recordé la recomendación (tengo muy buena memoria, que lo sepáis) y, por supuesto, me la llevé. Deseando estaba que empezara la temporada de piscina para ponerme con ella, así que ha sido la primera del verano.



SINOPSIS:
En Francia, en el campo de batalla, el altivo pero caballeroso lord Aidan Bedwyn prometió a un soldado herido de muerte que cuidaría a la hermana que este dejaba en Inglaterra. El azar lo lleva así ante Eve Morris, con un juramento que él está determinado a cumplir pese a que ella rechaza toda ayuda... O casi toda, porque si Eve no se casa se verá desposeída de la mansión donde se crió. Aidan le hace una oferta a la que no podrá oponerse: un simple matrimonio de conveniencia, pasar juntos unos cuantos días y después toda una vida de feliz independencia separados. Sin embargo, no contaban con la intromisión del hermano mayor de Aidan y una irresistible atracción que puede dar al traste con sus prácticos planes...

* * * 

Una historia preciosa que cumple con casi todos los cánones de la novela romántica histórica. La diferencia que quizás me ha llamado más la atención es que, al contrario que muchos protagonistas de otras novelas, Aidan no es un canalla, sino un perfecto caballero, a veces tan serio y tan adusto que parece estirado y aburrido como él solo. No es el clásico protagonista irresistible, encantador y seductor, sino que se muestra distante e incluso hosco, y tiene un físico que si bien no carece de atractivo, intimida, aunque no es especialmente guapo. El honor es un pilar en su vida y eso es lo que lo ata mucho más de lo que inicialmente había previsto a Eve, una joven de origen humilde pero firmes valores, valiente y tenaz, que tampoco es una belleza deslumbrante e incluso tiene algunas dudas sobre su atractivo. 
Me ha gustado la evolución de ambos porque, como pareja, de entrada, son como el agua y el aceite. Él es tan serio, tan aristócrata a veces que dan ganas de zarandearlo. Ella es dulce, pero orgullosa y testaruda, y no da su brazo a torcer fácilmente. En un primer momento lo único que sienten básicamente es curiosidad por el otro. Esa curiosidad se transforma pronto en atracción física, y por fin, esta da paso a un interés mucho más personal y más profundo cuando cada uno va descubriendo al otro una visión del mundo que no conocía, y que va de la mano con instantes de genuina alegría y hasta pura felicidad. Es una pareja muy bonita, en una historia entrañable, con un conflicto que se basa principalmente en el malentendido provocado por la falta de comunicación, que es algo muy socorrido en este tipo de historias, pero que siempre funciona. Los personajes secundarios son absolutamente deliciosos y entrañables, y es fácil encariñarse con ellos. Bueno, salvo con un par que, por supuesto son los "malos" y que no están pensados para cogerles cariño. Los demás, incluso los que parecen tener más defectos que virtudes, dejan entrever un gran potencial. 
Me ha encantado y no será lo último que lea de la autora. De hecho, me he enterado de que el libro da inicio a una serie. Miedo me doy.
En fin, que sin duda lo recomiendo. 

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