Llevaba un tiempo con ganas de leer a Bea Peidró y, en un arrebato, decidí que ya le tocaba, me hice con esta novela, y me lancé. Ha sido toda una sorpresa, ni que decir tiene que de las buenas.
SINOPSIS:
Mi nombre es Emma y lo único que va bien en mi vida es mi Fiat 500 verde menta. No tengo trabajo, ni pareja, ni un objetivo que perseguir.
Además, mi madre (Belcebú) y mi hermana Vannia (Satanás) no paran de recordármelo, así que en un arranque he decidido aceptar la primera oferta de empleo que se me ha presentado en un viñedo en el Empordà.
Un trabajo que se me va a complicar por dos motivos: uno, no estoy capacitada para ese puesto. Y dos, porque Jon, mi compañero de tareas, es un sieso y no me quiere allí.
Yo soy adorable, él es bastante seco. A mí me encanta reír y creo que él ni siquiera aprendió a hacerlo. Yo hablo con todo el mundo y a él le da urticaria comunicarse.
Está tremendo, eso sí, pero somos dos personas muy distintas, y aunque el paisaje es mágico, no sé yo si podremos resolver nuestras diferencias.
¿Te quedas a ver si nos tiramos las copas de vino a la cabeza?
«Amor a primera viña» es una novela romántica contemporánea con tintes de novela feelgood en la que el amor propio toma tanta importancia como el amor romántico. Habla de relaciones sanas, de amores bonitos, de quererse a una misma por encima de todo.
* * *
En un arrebato de orgullo, Emma acepta un trabajo como jornalera en un viñedo solo para demostrarles a su tóxica madre y a su estirada hermana que puede hacerlo, y por no dar su brazo a torcer. La mujer que la ha contratado resulta ser una anciana adorable (y un poco bruja, jejeje) pero su nieto Jon, el dueño del viñedo, y con el que Emma va a tener que colaborar, es todo lo contrario. Grumpy y sunshine total, vamos. O al menos eso pensé cuando los conocí a ambos.
La realidad es que Jon no es tan gruñón como parece, sino que le cuesta abrirse y se lo guarda todo para sí (en ese sentido es bastante vasco, todo hay que decirlo) y Emma tampoco es la chica feliz y despreocupada que todos ven. Me ha gustado mucho ir desentrañando esas otras facetas de la personalidad de ambos a medida que se iban conociendo y enamorando. Porque sí, se atraen, pero también se enamoran, aunque el proceso es más largo y lleno de percances de lo que cabía esperar en un principio.
Es una historia en la que hay de todo. Hay risas, muchas risas, por las ocurrencias de Emma, que es todo un personaje, las réplicas de Jon, que la mitad del tiempo está completamente descolocado ante ella, y las magníficas escenas con la abuela de Jon y sus amigas, que son unas auténticas chicas de oro la mar de divertidas. También hay pasión. Una pasión mal contenida, descubierta con ansia, vivida con ganas, y que se va tiñendo de ternura y de familiaridad. Y, lo que más me ha sorprendido, hay dolor, inseguridad y aceptación de que a veces las personas no somos tan fuertes como creemos o como queremos hacer ver al resto, y necesitamos sanar antes de poder vivir con plenitud el amor, y la vida en general.
Es una historia muy bonita, muy bien escrita y absolutamente recomendable. ¿La conocíais? ¿Os llama la atención? Os leo.
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