Planeta Caro (Ana González Duque)

Después de leer Proyecto Bruno no podía tardar en ponerme de nuevo con el Club de los raritos, sobre todo porque Caro era un personaje que me había gustado mucho, y me apetecía conocer su historia. Pues nada, enseguida le llegó su momento.

SINOPSIS:

Tiago encaja por completo en su nuevo colegio. Y su podcast —Planeta Anime— triunfa en la red. La única grieta en su armadura es ella, la chica que finge que no existe, la que se molesta en cuanto le dirige la palabra.

Caro está enfadada con el mundo. Pero sobre todo con Tiago, el insoportable primo de Ed, que ha invadido su espacio por completo. No solo se ha integrado en su grupo de amigos, sino que encima es su nuevo vecino. Solo lo salva su podcast. Eso sí, muerta antes de confesar que lo escucha.

Cuando Tiago y Caro se ven forzados a tener una cita por un juego, a Caro se la llevan los demonios. Puede decir que no. Pero… ¿quiere?

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En cualquier tipo de novela con un mínimo de romance, ya sea adulta o juvenil, me encanta el cliché enemies to lovers, así que ya desde el primer momento mi predisposición hacia esta historia era inmejorable. Tras un primer contacto que parecía prometedor entre ellos, Caro y Tiago están en un punto en el que, para disgusto de sus amigos comunes, no se soportan. El chico se ha mudado con su madre, y va al mismo colegio que su primo Ed, y sus amigos. Además vive muy cerca de Caro. Ella apenas lo soporta porque cada vez que se ven, a él le falta tiempo para decirle algo provocador y burlón. Disfruta chinchándola, y tanto el sentido del humor como el aguante de Caro están bajo mínimos. 

Confieso que aquí hubo discrepancias entre mi hija y yo (ya os expliqué que los habíamos leído casi a la vez, para poder comentarlos). Ella no soportaba a Tiago, y sin embargo a mí me enamoró desde el principio. Me pareció un chico valiente, divertido, un poco bocazas y también un poco metepatas (¿Quién no lo es, a esa edad?) pero, en el fondo, buena gente. Me parecía evidente que todas las tonterías que hacía era porque Caro le gustaba, y su autocontrol se iba al garete cada vez que ella aparecía, por lo que no  conseguía decir más que tonterías para llamar su atención. Ella, por otra parte, se volvía el enanito gruñón en su presencia. Al principio no entendía muy bien a qué venía tanto drama, cuando parecía una chica fuerte y muy por encima de las tonterías de un chico, pero cuando empecé a ver más en su interior, muchas cosas cobraron sentido. 

Caro guarda secretos, es una chica compleja, con dificultades y miedos, y los problemas se le empiezan a hacer bola hasta que prácticamente no puede con ellos. Tiago es solo uno más, ni siquiera el más importante. 

Ha sido un placer reencontrarme con los demás personajes, porque les cogí mucho cariño en el primer libro. Ed, Bruno, Elena y Jorge no hacen más que intentar que Caro y Tiago se entiendan, pero ellos no ponen mucho de su parte. Y también hay personajes nuevos, o que apenas se perfilaron en el primer libro, y a los que me ha gustado mucho conocer. 

Me ha encantado el personaje de Ro, el mejor amigo de Tiago. Tienen una amistad muy fresca y sincera, y una vez más mi enhorabuena a la autora por la naturalidad y el respeto con el que trata (e incluso reivindica) la diferencia. También es una de las cosas que más le han gustado a mi hija, lo cual me enorgullece, para qué os voy a engañar.

Tiene algunos momentos muy divertidos, y otros muy tiernos. Es una lectura ágil y sin duda la recomiendo. Y espero saber pronto del resto de personajes que todavía parecen tener mucho que contar.