Besar a un ángel (Susan Elizabeth Phillips)

Hace tiempo que vi esta novela recomendada por primera vez, pero... hay tantas que no hice mucho caso. Después, creo recordar que alguien difundió un Kindle flash asegurando que era una de sus favoritas, me pudo la curiosidad y la compré porque era muy barata. Ahí se quedó, hasta que hace unos días volví a ver a alguien que la recomendaba asegurando que era una maravilla. Por fin me decidí. 

SINOPSIS:
La bonita historia de amor entre Daisy una superficial mujer de la alta sociedad, con Alex, un apuesto y desalmado joven que la arrastrará a la aventura del circo itinerante.

La bonita y superficial Daisy Devreaux debe elegir entre ir a la cárcel o casarse con el misterioso hombre que su padre ha escogido para ella. Las bodas concertadas no se dan en el mundo moderno, ¿cómo ha llegado Daisy a esa insostenible situación?

Alex Markov, tan impresionantemente guapo como hosco, no tiene intención de jugar a ser el novio cariñoso de una cabeza hueca adicta al champán. Dispuesto a domarla a su manera, arrastra a Daisy desde su destacado lugar en la alta sociedad hasta un pequeño circo itinerante.

Pero este hombre sin alma ha tropezado con una mujer que es todo corazón. Antes de que pase mucho tiempo, la pasión los lanzará a las alturas sin red de seguridad.

¿Lo arriesgarán todo en busca de un amor que dure eternamente?

* * * 

La verdad es que empecé a leer sin haber mirado la sinopsis y me llevé una sorpresa al descubrir que el destino de la pobre protagonista era el circo. Realmente Daisy parece una cabeza hueca y no se me podía ocurrir un destino peor. Me recordó al cuento de "El príncipe Narigudo", lo cual me encantó. 

(INCISO: Por si no sois tan fans de los cuentos infantiles como yo, en ese cuento el rey se cansa de que la vanidosa princesa rechace a sus pretendientes uno tras otro y después de que ella eche al último príncipe, del que se mofa llamándolo "Narigudo", le promete que la casará con el primer mendigo que llame a la puerta del palacio. Al día siguiente un mendigo aparece por allí y con él que se va la princesa. Se ve obligada a hacer las tareas de la casa, pero como no sabe hacer nada, su marido la manda a vender ollas al mercado. Se las rompen. Ella llora desconsolada pensando que su marido se enfadará y... por supuesto, el mendigo era el príncipe y todo era un ardid urdido por el rey y él para curarla de su vanidad. Y fueron felices y comieron perdices).  

Bueno, a lo que iba. Que una pija que no sabe hacer la O con un canuto tenga que vivir en una caravana cochambrosa y llena de mugre en un circo decadente es lo peor que se puede imaginar. Que además tenga un marido que parece un sargento de las SS, es borde como él solo y además hace todo lo posible por humillarla y demostrarle lo inútil que es, empeora las cosas. Y para colmo, el marido está muy bueno, con lo que es doblemente odioso. Afortunadamente, Daisy tiene muchas más agallas de lo que parecía, y no se deja doblegar. Por cabezonería, o porque el orgullo es lo único que le queda, se empeña en demostrar que no es ni tan tonta ni tan inútil como su padre cree y le ha hecho creer a Álex. Le da una lección de coraje y de bondad, porque tras su aspecto dulce y cándido se esconde además un corazón de oro. Es una mujer honesta, sincera, curiosa y apasionada.  Ve las heridas en el alma de su marido y se compadece de él. Empiezan a saltar chispas y fuegos artificiales en cuanto se rozan. El tira y afloja es brutal porque Álex se cree incapaz de amar. Las circunstancias externas no ayudan, en el circo hay gente que la quiere fuera de allí, y la escalada de malentendidos y desgracias acaba en una verdadera tragedia. Por favor, qué mal lo he pasado, cómo me han hecho sufrir. 

Los protagonistas me han enamorado, aunque en un par de ocasiones habría matado a Álex. Daisy me ha conquistado porque contra todo pronóstico es capaz de reinventarse a sí misma y descubrir que es mucho más de lo que nadie pensó que podría ser, incluso sin un centavo en el bolsillo. Los personajes secundarios son perfectos, con sus bondades y sus defectos. Los animales juegan un papel muy especial, y me ha encantado que tengan personalidades tan definidas y aporten tanto a la historia. El hipotético origen real de Alex, que cuando actúa se hace llamar "Alexi el Cosaco" y aseguran que desciende de los mismísimos zares de Rusia, combinado con el glamour del circo, le da a la historia el halo romántico definitivo. Creo sinceramente que es una de las novelas más bonitas e intensas que he leído en mi vida.