Tras unos días intensos de celebraciones, comilonas, prisas y compras, 2018 se nos ha ido y ha llegado un nuevo año. Es momento de hacer balance (tal vez debí haberlo hecho hace unos días pero, sinceramente, no he tenido tiempo), y también de hacer nuevos proyectos y planes para este 2019 que llega lleno de posibilidades y de ilusión.
2018 ha tenido sus cosas buenas y sus defectillos, como todos los años. Tiendo a quedarme con lo positivo y en lo personal he disfrutado de momentos memorables, con lo que no me puedo quejar. En lo profesional, he seguido avanzando hacia mis sueños, aunque a un ritmo algo más lento de lo que me hubiera gustado.
En primavera salió Magia Salvaje, la segunda entrega de la serie Magia, con la historia de Lance y Morgan. A pesar de que la fantasía romántica no es un género mayoritario, considero que la novela tuvo muy buena aceptación. Me hubiera gustado organizarme mejor, o ser más constante, o más ambiciosa, y sacar antes de terminar el año la tercera entrega, pero al final no pudo ser. Al menos puedo decir que estos últimos meses retomé el trabajo y mejoré mi disciplina, y tengo mucho adelantado. Si todo va bien, será mi primera publicación en el año que entramos, y confío en que no tarde mucho.
Pasamos a las lecturas. Después de cuatro años consecutivos fijándome un objetivo de 50 libros en el reto Goodreads (desde que lo descubrí, vaya) y pasándome al menos por un par de libros, en 2018 me vine arriba y decidí subir el objetivo a 52. Tras acumular un retraso vergonzoso, metí la quinta y la sexta en diciembre porque veía que no llegaba, y al final llegué, aunque por los pelos. Este año he sido más humilde y he vuelto a dejarlo en 50. Creo que es una buena cifra, y si leo más, bienvenidos sean, pero tampoco quiero agobiarme para cumplirlo. Lo importante siempre, siempre, es disfrutarlo.
He leído más en inglés que en los años anteriores porque este año no puedo asistir a clases ya que no me cuadran los horarios, así que lo necesito para mantener el nivel. Al mismo tiempo, tanta práctica se nota, y entre eso y las clases de los años anteriores, ahora leo con mucha más fluidez, lo cual me permite disfrutar más de cualquier tipo de lectura en la lengua de Shakespeare.
Creo que dedicaré otra entrada a recomendar los libros que más me han gustado de 2018, así que por hoy lo dejaremos aquí.
Lo que sí podría añadir es que, gracias a mi reciente afición por Instagram, mi lista de deseos y lecturas pendientes ha crecido considerablemente, y además, he recuperado el interés por algunos clásicos que en su día aparqué o leí sin ganas y tengo bastante olvidados. Sin duda va a ser un año de relecturas y nuevas oportunidades a libros que las perdieron sencillamente porque no era su momento. En fin, he leído bastante, he hecho descubrimientos interesantes y he pasado muy buenos ratos. Es lo bonito de la lectura.
También tuve la suerte de asistir al segundo encuentro NORA, que también parece que será el último. Me apena mucho, porque me llevé muy buenos ratos, reencuentros con compañeras y amigas, muchas risas y experiencias únicas, como las que proporcionan todos los encuentros literarios. Conocí a gente a la que tenía muchas ganas de saludar en persona y recordé encuentros anteriores con otras personas a las que ya conocía. Fue un bonito fin de semana que quedará para siempre en el recuerdo.
Ahora toca empezar a planificar y corregir lo que no funcionó lo bastante bien, para que este nuevo año sea una oportunidad mucho mejor aprovechada. Como ya he dicho, tengo a medias la tercera y última entrega de mis hadas y magos, y alguna otra novela que quiero revisar y pulir y con suerte publicar a lo largo de los próximos doce meses. Tampoco me faltan ideas nuevas, así que solo necesito enfocarme en el objetivo y ponerme a él. Aprovecharé el subidón del año nuevo para empezar con ganas.
En fin, gracias a todos los que habéis formado parte de este año. Espero que sigamos compartiendo risas, experiencias e ilusiones en 2019.
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