Sinopsis:
Varela de Mar es un pueblo pequeño y tranquilo. Doscientos treinta y tres habitantes. Una playa que desaparece cuando sube la marea. Un faro abandonado.
Por eso Alba no lo visita desde hace cinco años. Bueno, por eso y porque allí fue donde aprendió lo que duele el amor y la herida aún escuece.
Sin embargo, en Varela también está Pelayo, su abuelo, que ha comenzado a olvidar y que ahora la necesita. Y también los recuerdos que dejó en sus calles cuando se marchó sin mirar atrás. Y Enol. El chico de las conversaciones raras, la obsesión por las mareas y que parece haber nacido en la época equivocada.
Un regreso inesperado, un faro lleno de secretos y dos historias inacabadas que, quizá, se merecen la oportunidad de un nuevo final.
«Alba, vive el presente. Porque un día será pasado y te atormentará no haberte dado cuenta antes de que todo acaba, incluso lo que creías que era para siempre.»
* * *
Siento debilidad por las historias en las que los protagonistas ya tienen un pasado en común, y no hay más que ver las primeras interacciones entre Alba y Enol para saber que ahí hay muchas cosas por resolver. Alba regresa a Varela para cuidar de su abuelo, al que el Alzheimer empieza a pasar factura, y al llegar allí, se ve obligada a reencontrarse con Enol. En un verano ya lejano, él y sus dos amigos se disputaron el amor de Alba, y perdieron todos. Y algunas de esas heridas no se han cerrado todavía.
La narración se alterna entre Enol y Alba, y un tercer narrador de excepción, El Mar, testigo de las vidas de ambos y del abuelo Pelayo, y de su gran secreto. Porque Alba descubre que Pelayo tuvo un amor secreto de juventud antes de su abuela, y pelea con uñas y dientes para que la enfermedad no le robe los últimos recuerdos de ese amor. A pesar de las reticencias de Enol, que cree que no deberían meterse porque teme descubrir algo que haga daño a otras personas, entre ellas su familia, Alba se empeña en llegar hasta el final y descubrir esos recuerdos que Pelayo guarda con tanto celo en el faro en el que trabajó toda su vida.
Pelayo es todo un personaje, pintoresco y lleno de sabiduría. Y Enol es un calco del viejo farero, con un buen puñado de rarezas, pero con ese atractivo tan especial que solo los chicos listos y un poco raros tienen. Me ha gustado, como me ha gustado su relación con Alba, que es una protagonista llena de matices, inestable, egoísta, que no sabe lo que quiere. Quizás por eso destaca aún más su desarrollo, por lo mucho que le cuesta encontrarse a sí misma, y por el cambio que eso supone.
En algunas partes me ha exasperado un poco, también tengo que decirlo, y se me ha hecho algo largo, pero la historia de Pelayo es tan bonita y tan real, y tan dura, que sin duda ha merecido muchísimo la pena.
Si no lo habéis leído, os animo a darle una oportunidad. ¿Os llama la atención? ¿Qué otro libro de la autora me recomendaríais?
¡Hola!
ResponderEliminarTambién es un libro que he visto en varias ocasiones, pero nunca me he parado a leer una reseña de él y, sinceramente, tiene buena pinta, puede que hasta me anime a darle una oportunidad. Gracias por la reseña :)
Un besito
¡Hola! Ya me contarás si te animas. ¡Besos!
EliminarHolaa!
ResponderEliminarTambién he visto el libro mucho por Instagram, suena bonito, quizas le de una oportunidad. Bonita reseña.
Un besote!!!
¡Hola! Espero que te animes a leerlo, a mí me ha gustado mucho. ¡Besos!
EliminarAyy, este libro lo leí el verano pasado y sigue siendo mi favorito de la autora 😍🥺😭 me pareció una historia preciosa
ResponderEliminarSiiii! La verdad es que es muy bonita. Me alegro de ver que coincidimos. ¡Besos!
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