jueves, 10 de agosto de 2023

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas (Laura Norton)

 Hacía tiempo que había oído hablar de este libro, y me llamó la atención porque el título tiene gracia, para qué vamos a negarlo. Pero tampoco es que me atrajera demasiado. Aun así, con mi suscripción a Audible que me regalaron por mi cumpleaños, lo encontré y decidí darle una oportunidad. Al fin y al cabo, nunca viene mal echarse mal unas risas, ¿verdad?


SINOPSIS:

Si estás leyendo estas líneas es que te ha llamado la atención el título de mi libro.
¿Te gustaría decírselo a alguien? ¿Serías capaz de decírtelo a ti mismo? Y lo más importante: ¿te gustaría mantener durante un buen rato la sonrisa que se te ha quedado en la cara? Pues esta es tu novela.

Te podríamos contar con más o menos gracia de qué va la cosa, para que te hicieras una idea: que si la protagonista, Sara, es muy maja, que si tiene un trabajo muy interesante (es plumista, ¿a que nunca lo habías oído?), que si es un pelín obsesiva y alérgica a los sobresaltos... Por supuesto, la vida se le complica y se encuentra con que su piso se convierte en una especie de camarote de los hermanos Marx cuando en la misma semana se meten a vivir con ella su padre deprimido, su hermana rebelde y su excéntrico prometido y, sobre todo, el novio al que lleva mucho tiempo sin ver... Pero mejor no te lo contamos porque te gustará leerlo. Lo único que necesitas saber es que, desde el título, te garantizamos unas cuantas horas de descacharrante diversión como hacía tiempo que no disfrutabas.

* * *
Siento debilidad por las novelas en las que los protagonistas ya tienen una historia en común, así que en cuanto Sara empezó a contarme la suya, supe que lo suyo con Aarón, a pesar de haberse quedado en amor platónico en el instituto, traería cola. Y no me equivoqué.

Sara es una protagonista bastante desastre, que a pesar de una licenciatura en químicas decide dedicar su vida al oficio de plumista y recuperar el taller que en su día fue de su abuela para hacer complementos con plumas. Su padre se lo permite con la condición de que consiga hacerlo rentable, pero no resulta tarea fácil. Y para colmo, su hermana menor decide que se casa de la noche a la mañana. Y el novio es... ¿sorpresa?

A ver, sorprendente del todo no es, pero reconozco que tiene algunos puntos francamente divertidos. También momentos en los que me ha dado pena la mala pata de Sara, y la estupidez de todos en general, porque hay que ver qué ideas se les ocurren. De las que sabes que están abocadas al fracaso desde su concepción. Pero ahí está la gracia, ¿no? En que se masca la tragedia.

No es que sea una lectura memorable pero me lo he pasado muy bien con ella, y me ha dejado un buen sabor de boca. Es una opción estupenda para cuando lo único que necesitas es reírte un rato sin comeduras de coco. 

¿La habéis leído? ¿Habéis visto la película? Porque he visto que hay película. A ver si me animo a verla. Las adaptaciones pocas veces me convencen pero siempre hay excepciones, ¿verdad?

2 comentarios:

  1. HOLAAA
    Ohhh jajaja que titulo, me llama mucho la atencion

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    1. ¡Hola! Síii, a mí también, por eso acabé leyéndola, jajaja. Gracias por pasarte. Un abrazo.

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