SINOPSIS:
Porque cuando los ángeles se vengan, los inocentes pagan el precio más alto de todos.
La tercera novela de la serie «El Gremio de los cazadores».
La cazavampiros Elena Deveraux y su amante, el arcángel Rafael, han regresado a Nueva York solo para enfrentarse a una terrible amenaza. Las señales del mal están por todas partes: una inusual oleada de asesinatos perpetrados por vampiros asola Manhattan, inexplicables tormentas oscurecen el cielo, la tierra tiembla compulsivamente y el arcángel ha caído presa de una rabia incontrolable...
Rafael y sus arcángeles tienen poco tiempo para encontrarla y evitar que consuma su venganza. Ha vuelto para reclamar a su hijo y tan solo una persona se interpone entre ella y su presa: Elena, la dama del arcángel.
Un ser terrible y milenario está a punto de despertar. Los vientos susurran su nombre: «Caliane».
* * *
La relación entre Elena, que empieza a acostumbrarse a su nueva vida como ángel pero aún es frágil y vulnerable, y Rafael, el arcángel de Nueva York, sigue progresando en este tercer libro, mientras tratan de averiguar a qué se deben las catástrofes que se suceden a lo largo y ancho del planeta. Según todos los indicios, Caliane, la madre de Rafael, está a punto de despertar, y el mundo podría caer bajo su locura. Mientras tratan de evitar las traiciones y las trampas de sus enemigos, emprenden una carrera contra reloj para encontrarla antes de que despierte y sea demasiado tarde.
El punto fuerte de la historia es, sin duda, el tira y afloja entre Elena y Rafael. Él sigue tratando de imponerse, pero empieza a reconocer a su consorte no ya como una igual, sino como una parte de sí mismo, a la que necesita, que lo hace vulnerable, y también un poco humano, pero que es su punto de equilibrio y de cordura. Elena sigue plantándole cara y protegiéndolo a pesar de saber que no es ni de lejos tan poderosa como él. Pero el instinto de protección y la posesividad van en ambas direcciones en esta relación, y la verdad es que eso me gusta mucho.
Como protagonista masculino Rafael es muy dominante, y aunque Elena le aguanta el tipo bastante bien, es cierto que a veces le basta con una mirada de él para empezar a babear y estar dispuesta a lo que él quiera. Y el arcángel es exigente y se enciende rápido, todo hay que decirlo, pero en ningún momento me ha dado la sensación de que Elena sea una protagonista complaciente, y mucho menos sumisa. A ver, cualquiera con un novio buenorro como Rafael estaría más que dispuesta a ponerle las manos encima cada dos por tres, y Elena es una mujer que sabe lo que quiere, y lo quiere a él. Se entrega, pero también sabe que él es suyo. Es un equilibrio curioso pero más que evidente, por eso es una pareja que cada vez me gusta más.
No tengo ninguna duda de por qué Nalini Singh es una de las grandes del romance paranormal. Por lo poco que he leído de ella, sé que es por novelas como esta y el resto de la serie.
¿La habéis leído? Os leo.
Hola!! me encanta los libros con esta temática que sin duda voy a echarle un ojo al primero.
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