Salvar la boda (Morgan Matson)

Ni siquiera había oído hablar de este libro, ni de su autora, hasta que me tocó en un sorteo por cortesía de Ana González Duque. Me prometió que me iba a reír mucho con él, y como la risa es algo que en estos días hace bastante falta, me animé enseguida a descubrirlo. Es cierto que el humor es algo bastante personal y no todo el mundo lo disfruta de la misma manera, pero sí, me he divertido bastante con él. 

SINOPSIS:

La hermana de Charlie se casa.

Por primera vez en años, sus cuatro hermanos mayores estarán bajo el mismo techo. Charlie desea desesperadamente disfrutar de un último fin de semana perfecto, antes de que sus padres vendan la casa y todo cambie.

Tomar decisiones sobre a qué universidad asistir o reencontrarse con Jesse Foster, el chico por el que siempre ha estado colada…, todo eso puede esperar. Charlie quiere centrarse en que el fin de semana sea perfecto.

¿Qué podría salir mal?

Primero renuncia la organizadora de la boda. Luego la alarma de la casa no deja de sonar. Hay un traje desaparecido, surge inesperadamente un perro con tendencia a aullar y un vecino que parece decidido a sabotear la celebración. Por no mencionar que el sobrino del organizador de bodas es una inesperada y… atractiva distracción.

Durante tres días caóticos, Charlie aprenderá más de lo que esperaba sobre la familia de la que creía saberlo todo. Y se dará cuenta de que, a veces, intentar que todo siga siendo como en el pasado significa perderse lo que podría deparar el futuro.

* * *

La verdad es que empecé el libro un poco a ciegas, porque no sabía muy bien lo que me iba a encontrar más allá de una comedia de desastres, que es lo que plantea la sinopsis. Charlie es una adolescente a punto de marcharse a la universidad que espera con ilusión el fin de semana de la boda de su hermana, ya que será la primera vez en mucho tiempo en que toda su familia se reunirá bajo el mismo techo, en la casa familiar donde ha crecido y que sus padres acaban de poner a la venta. Y, por tanto, también será la última vez que se reúnan allí. Por eso ella quiere que todo sea perfecto. Y ahí empiezan los problemas. 

Para empezar, la organizadora de la boda desaparece dejándolo todo manga por hombro en vísperas del gran día. Su sustituto es un hombretón metódico y decidido con un sobrino muy mono que pronto congeniará con Charlie. Pero ella está colada por Jesse, el mejor amigo de su hermano.

La madre de Charlie ha escrito durante años una tira cómica en la que relataba la vida de una familia a imagen y semejanza de la suya, llevando al papel muchas anécdotas que habían sucedido en la realidad (algunas de las cuales no fueron tan divertidas para sus protagonistas de carne y hueso). Ahora la tira deja de publicarse por lo que les van a hacer una entrevista para televisión el mismo fin de semana de la boda. Por si no hubiera ya suficientes nervios y tensión en el ambiente.

La casa se empieza a llenar de gente, unos esperados, otros no. En una carrera desesperada contra reloj para tratar de ir sorteando imprevistos que a veces rozan el desastre, Charlie acabará descubriendo que las cosas no tienen que ser perfectas para ser memorables, especiales y únicas. Que no puede aferrarse al pasado y que el futuro es un libro en blanco y lleno de oportunidades. 

Confieso que me hubiera gustado entender antes que el mensaje del libro iba en esa dirección, porque me ha tenido despistada bastantes páginas, en las que no sabía realmente qué quería contar la autora. No soy muy buena con este tipo de humor, lo confieso. Me cansa un poco tanto desastre en cadena. Aun así, el estilo me ha gustado, me ha recordado (salvando las distancias) a Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell, que leí hace mucho tiempo.

Hay un gran número de personajes, pero casi todos son fácilmente identificables con unas cuantas pinceladas que los definen a la perfección. Y de todos se ven las virtudes y los defectos, aunque Charlie los filtre con su mirada de adolescente. 

Posiblemente porque no es exactamente mi tipo de lectura, en algunas partes se me ha hecho un poco largo. A ver, es largo. 470 páginas para una comedia me parece mucho se mire como se mire. Y, aunque hay desastres y experiencias para llenarlas todas, creo que lo habría disfrutado igual (o más) con 300. 

En fin, reírme, me he reído, a fin de cuentas. A vosotr@s os toca decidir si os apetece sumergiros en este fin de semana de locos junto a Charlie y descubrir con ella que no pasa nada si las cosas no salen como uno esperaba.

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