El caballero normando (Juliet Landon)

Este era el primero de la lista de libros que me había propuesto leer este verano. No sé cuántos libros tiene esta colección de Amantes históricos, pero desde hace ya un par de años o tres he ido adquiriendo alguno de ellos cada vez que ponían ofertas de libros en el hipermercado donde suelo hacer la compra semanal. Cada vez me cuesta más encontrar uno que no tenga ya, pero en la última remesa encontré dos. Este era uno de ellos, y como la época de la invasión normanda de Inglaterra es una de mis favoritas en lo que a romance histórico se refiere, obviamente me lo llevé.

SINOPSIS:

Lady Rhoese de York era un gran premio: era rica, tenía muchas posesiones y podía llenas las arcas reales si alguno de los caballeros del rey se casara con ella.

Judhael de Brionne aceptó el encargo. Además de con sus tierras, estaba dispuesto a quedarse también con ella. Después de todo era muy atractiva, y estaba seguro de que podía fundir el hielo que habitaba en su corazón...

* * *

Es, tal y como esperaba, una lectura ligera, entretenida, con algunos toques de misterio, algún pequeño enredo, unos cuantos encontronazos entre dos protagonistas de fuerte carácter, y un final feliz para (casi) todo el mundo. Justo lo que buscaba.

Lady Rhoese gestiona con habilidad su hacienda tras la muerte de su padre y una desagradable bronca con su madrastra, pero eso no la librará por mucho tiempo de los tejemanejes del rey, para quien una mujer no es más que una moneda de cambio, y que no duda en venderla al mejor postor y obligarla a casarse. Por suerte para ella, su camino se acaba de cruzar con el de Jud, y él ha decidido que será el afortunado esposo, aunque en un principio no son esos los planes del monarca. Pero Jud es paciente, hábil y tenaz, y consigue siempre lo que se propone.

Se ha propuesto entender a su atractiva y reticente esposa, y tener un matrimonio duradero y preferiblemente feliz. Aunque no quiere que ella lo sepa, claro. Rhoese lleva en su corazón una herida que le impide confiar en ningún hombre y mucho menos amar, y el normando (que para colmo es un invasor) no es una excepción. Al menos hasta que empieza a sentirse atraída por él. Porque, a pesar de las contradicciones y de que no es capaz de decidir si a Jud ella le importa algo o no, él es a veces tan considerado y atento que la confunde. Y le hace anhelar algo que no puede tener. 

Sin ser una historia de giros sorprendentes o grandes tensiones, consigue sin esfuerzo mantener el interés, con una prosa ágil, personajes llenos de matices y algunos secretos y misterios bien distribuidos. 

Me ha durado exactamente dos tardes de piscina. Dos tardes en las que he disfrutado de la primera a la última página y que me han sabido a verano, a evasión y a sueños. 

Si os gusta este tipo de lecturas, la recomiendo sin dudar.