domingo, 29 de septiembre de 2019

Jane Eyre (Charlotte Brontë)

Tenía comprado este libro desde que leí Herbarium de Anna Casanovas. Las referencias a él dentro de la novela consiguieron despertar mi curiosidad, si bien durante años no me he llevado bien con los clásicos. Tal vez porque no me gusta que otros den por hecho lo que debe gustarme y lo que no. En fin, a pesar de ello, de un tiempo a esta parte he decidido darles una oportunidad a muchos de ellos, y este estaba muy arriba en la lista. Por fin en vacaciones me puse con él y, pesar de que tiene una extensión considerable, lo devoré en unos pocos días. 



SINOPSIS:

Jane es una niña huérfana que se ha educado en un orfanato miserable. Sin embargo, pese a todas las adversidades que la vida ha dispuesto en su camino, su inteligencia y su afán por aprender consiguen apartarla del mundo de su gris infancia, y logra establecerse como institutriz. Mientras trata de cuidar y educar a la joven Adèle, Jane empezará a trabar una estrecha relación con Edward Rochester, el padre de la pupila. Pero su amor se verá enturbiado al descubrir que su mujer, demente, vive todavía encerrada en una habitación de la casa.

* * * 

Es una novela tan rica en matices que no sé ni por dónde empezar. La protagonista, Jane, es una chica de origen humilde pero con un gran orgullo y bastante testaruda. Una dura infancia y una marcada falta de afecto no hacen sino intensificar su ansia de valerse por sí misma, de saber más, de ser más fuerte. Jane piensa de un modo adelantado a su época y, aun siendo consciente de sus limitaciones, tiene un alto concepto de sí misma y de su valor como persona. Me ha encantado. A pesar de su juventud, tiene claras sus prioridades y un considerable autocontrol dado su carácter impulsivo. Por supuesto, a veces habla más de la cuenta, o resulta un tanto impertinente para lo que se espera de su condición social, pero en ello radica su valor: no tiene miedo a hablar sin tapujos, porque cualquier cosa que tenga que perder vale menos que su integridad y su amor propio. 

Rochester es un enigma que inevitablemente resulta atractivo, a pesar de que Jane deja claro que físicamente no es gran cosa, e incluso resulta tosco. En parte esa velada brutalidad y su total falta de filtro cuando habla es lo que suma atractivo a su despierta inteligencia, que es un reto para Jane y que alimenta el interés del uno en el otro puesto que, en el fondo, son almas afines a pesar de sus diferencias. Se complementan. Lastima que lleve sobre sus hombros un peso que no le permita amar con libertad y que sea la causa de que pierda la cabeza y actúe de forma incluso mezquina y egoísta. 

Me ha gustado mucho, todo, de principio a fin, pero sobre todo, ver como Jane renace de sus cenizas y  es capaz de salvarse a sí misma y a aquellos que ama. Es una gran historia que merece la pena ser leída y, es más, sé que la releeré porque merece que se le dedique más tiempo para sacarle todo lo que en una primera lectura se nos escapa. 


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