Un cowboy para Nochebuena (Tess Curtis)

Ya había leído anteriormente otras dos novelas navideñas de esta autora, y en cuanto vi esta me animé a leerla también. Todas están relacionadas porque los protagonistas son miembros de una misma familia, así que ha sido un placer reencontrarme con viejos conocidos.

SINOPSIS:

Layla Turner acepta la invitación para pasar una temporada en el Rancho Davis. Después de la muerte de su madre y estando sola en el mundo, no tiene un lugar mejor para celebrar la Navidad y tratar de conseguir un trabajo. Chase Davis no está nada contento con la visita de Layla ni con la perspectiva de pasar tiempo con ella. Su carácter se ha agriado sobremanera en el último año y Maggie, su madre, pretende usar la presencia de su invitada como excusa para conseguir que su hijo mayor vuelva a salir de los límites del rancho y se relacione con el resto del mundo. Cuando por culpa de Chase la vida de Layla corre serio peligro, el cowboy decide no separarse de su lado en adelante. Algo que se vuelve peligroso cuando es consciente de que la dulce Layla lo atrae de una forma insana. Solo que, él no está preparado para mantener una relación, o no al menos de una forma pública. ¿Podrá Layla fiarse del hijo mayor de los Davis y entregarse a él? ¿Arriesgará Chase su corazón, dándose la oportunidad de ser feliz?

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Es una historia relativamente típica dentro de lo que son las novelas navideñas. Layla se acaba de quedar huérfana y en una situación económica bastante precaria, y acepta la invitación de Maggie, la mejor amiga de su difunta madre, para pasar las navidades en el rancho de la familia Davis. Nada más llegar se encuentra con la animadversión de Chase, el hijo mayor, que está bastante amargado por culpa de un desengaño amoroso. Pero poco a poco la Navidad va obrando su magia y pronto se produce el primer acercamiento, que enseguida dará paso a sentimientos más profundos.

A ver, Chase se merece unos cuantos coscorrones porque se porta como un imbécil más veces de las que se pueden contar con las manos, pero el pobre es que está escaldado y tiene un miedo que se muere a llevarse otro chasco. Layla es una chica dulce, un patito feo que poco a poco se va convirtiendo en cisne. Aunque no es la típica protagonista de carácter, es capaz de sacarse las castañas del fuego, y enfrentarse a Chase cuando es necesario. Me ha gustado mucho ver cómo iba surgiendo ese entendimiento y esos sentimientos entre ambos. 

La familia Davis forma un equipo muy divertido e interesante, aunque Eva, la hermana de Chase, me ha puesto un poco de los nervios con su manía de entrometerse. Es un personaje muy directo y hasta un poco grosero, y otra protagonista con más genio que Layla quizás la hubiera mandado a pastar, como hubiera hecho yo, sin ir más lejos.

Aun así, ha sido una lectura llena de calor y espíritu navideño, perfecta para estas fechas y que he disfrutado mucho. 

¿La conocíais? ¿Sois de leer historias acordes con la época?

Os leo.