En una casa blanca a la orilla del mar (Abril Camino)

 Hace tiempo que tenía este libro en mi lista de lecturas de Prime Reading, sin saber mucho de qué iba, solo porque era de Abril Camino. En el puente de noviembre, aprovechando una escapadita y que dos horas de coche dan para bastante, me puse con él. 

SINOPSIS:

Candela lo ha perdido todo.

Su perfecta vida ha saltado por los aires.

Está muerta de miedo. Y de dolor

Está perdida.

Candela necesita un cambio de aires y se marcha a un pequeño pueblo del sur de Portugal, desde donde le irá contando a su hermana cómo el mar casi llega hasta el porche de la casa que ha alquilado, cómo el sol se cuela entre las ramas de los naranjos y… cómo su casero está empeñado en convertirse en su amigo, aunque ella no esté dispuesta a permitir que alguien entre en el refugio que ha construido.

«En una casa blanca a la orilla del mar» es una novela epistolar que muestra que, en ocasiones, en el peor momento de nuestra vida, puede aparecer un huracán que arrase con todo aquello en lo que creíamos. Y que se lleve hasta la pena.

* * *

Esta novela me ha dejado impresionada por varios motivos. El  primero: es una novela epistolar. Sí, ya, lo pone en la sinopsis, pero no soy yo muy de poner atención a la sinopsis, lo reconozco. Y me ha dejado flipada darme cuenta de que está escrita toda a base de emails, cartas, pósits y wasaps. Sí, tal cual. Los pósits son lo más. Logradísimos.

Confieso que en cuanto me percaté de esto pensé "Uy, sin diálogos, me da a mí que el desarrollo del romance va a perder un poco". Pues no, en absoluto. Abril Camino tiene mucha escuela y lo hace genial. Sin diálogos directos (salvo las conversaciones de WhatsApp, que se quedan ahí, a medio camino), y con casi toda la historia contada de unos personajes a otros (mediante emails de Candela a Mario, de Mario a Candela y de Candela a su hermana) nos enteramos perfectamente de todo lo que pasa y lo que ha pasado antes. Eso sí, cuando la autora lo cree oportuno. La información está perfectamente dosificada para que no descubras hasta el final qué es eso tan terrible que le ha pasado a Candela. Que le han pasado muchas cosas, la verdad, pero nos vamos enterando a bocaditos. Hasta que nos atragantamos con el bocado final. 

No me lo esperaba, para nada. Me quedé con la boca abierta. ¿Es lo que yo hubiera querido? No. ¿Es un final adecuado? Sin duda, pero... a mí me gusta la romántica con final feliz, del todo. No con finales adecuados. Pero es que esto probablemente no es una novela romántica, sino un drama en toda regla. Ahí lo dejo. No digáis que no os avisé.

A pesar de ello se merece cinco estrellas sin ninguna duda. Mario es un personaje maravilloso, sin fisuras. Es un chico divertido, desinhibido, simpático, sociable, amable, y encima guapo. Su carácter hippy es quizás el único ¿defecto? que se le puede achacar. Pero a mí también me ha hecho ver que la vida está para vivirla y disfrutarla, lo mismo que a Candela. 

 

Es una historia preciosa sobre segundas oportunidades cuando uno menos se lo espera. Candela, tras un batacazo terrible y un divorcio exprés, ni se plantea volver a ilusionarse, y ya no digamos enamorarse, pero le ocurre. Porque es difícil resistirse al huracán Mario. 

¿Te animas a descubrirlo? ¿O ya lo has hecho? ¡Cuéntame!