Había oído hablar bastante de este libro y de su autora cuando Netflix anunció que estrenaba una serie sobre el universo Grisaverse. Aunque soy una ferviente defensora del lema "el libro antes que la película (o la serie)" me pudo la curiosidad y vi el primer capítulo. Nada más terminarlo me planté y decidí que antes de ver el resto tenía que leerlo. Sí, para algunas cosas tengo una fuerza de voluntad que no me lo creo ni yo.
Como en el fondo es una novela de fantasía juvenil y tengo un hijo adolescente al que le cuesta engancharse a la lectura, decidí que con la excusa de la serie podía intentar que lo leyera. Cuando vamos de vacaciones en familia, o simplemente de puente, tenemos la costumbre de visitar una librería y comprar un libro para cada uno, y aproveché para sugerírselo. Miró la portada, le dio un par de vueltas y no parecía muy interesado, pero le dije que había una serie en Netflix y le conté el primer capítulo y... pues nada, que salimos con el libro. Le costó un poco ponerse con él, pero después se lo leyó en un tiempo sorprendentemente corto para lo que suele ser habitual en él. Enseguida me lo pasó, insistiéndome en que leyera rápido para que pudiéramos ver la serie juntos. Y su entusiasmo hizo que lo cogiera incluso con más ganas, si cabe.
SINOPSIS:
Alina Starkov no espera mucho de la vida. Se quedó huérfana después de la guerra y lo único que tiene en el mundo es a su amigo Mal. A raíz de un ataque que recibe Mal al entrar en La Sombra, una oscuridad antinatural repleta de monstruos que ha aislado el país, Alina revela un poder latente que ni ella misma sabía que tenía. Tras ese episodio, Alina es conducida a la fuerza hasta la corte real para ser entrenada como un miembro de los Grisha, un grupo de magos de élite comandado por un individuo misterioso que se hace llamar El Oscuro.
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