La sombra del viento (Carlos Ruiz Zafón)

 Había oído hablar mucho de este libro, pero no fue hasta el fallecimiento de su autor, el verano pasado, cuando por fin me hice con él. He tardado otro año en empezar a leerlo. O más bien a escucharlo porque, a pesar de que lo tenía en mi Kindle, lo encontré entre los audiolibros que incluye Spotify y así fue como empecé a sumergirme en la historia. Una historia bastante diferente a las que acostumbro a leer pero que, aun así, he disfrutado mucho. 

SINOPSIS:

Un amanecer de 1945, un muchacho es conducido por su padre a un misterioso lugar oculto en el corazón de la ciudad vieja: el Cementerio de los Libros Olvidados. Allí encuentra La Sombra del Viento, un libro maldito que cambiará el rumbo de su vida y le arrastrará a un laberinto de intrigas y secretos enterrados en el alma oscura de la ciudad. Ambientada en la enigmática Barcelona de principios del siglo XX, este misterio literario mezcla técnicas de relato de intriga, de novela histórica y de comedia de costumbres, pero es, sobre todo, una tragedia histórica de amor cuyo eco se proyecta a través del tiempo. Con gran fuerza narrativa, el autor entrelaza tramas y enigmas a modo de muñecas rusas en un inolvidable relato sobre los secretos del corazón y el embrujo de los libros, manteniendo la intriga hasta la última página.

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Empecé la novela prácticamente a ciegas, sin tener ni idea de lo que iba a encontrarme. De entrada, me encontré con que el narrador de la versión audiolibro no me convencía demasiado, y me gustaba menos cuanto más escuchaba la horrible voz de falsete con la que leía los diálogos de los personajes femeninos. Lo escuché a ratitos durante unas cuantas tardes, mientras aprovechaba para hacer otras cosas, y al final decidí que prefería imaginarme yo unas voces que no me pusieran de los nervios y me sacaran de la historia, así que me pasé al Kindle, me metí de lleno en ella y me lo terminé en unos pocos días más.

El protagonista, Daniel, es un niño huérfano de madre que vive con su padre, librero de profesión, en la Barcelona de la posguerra. Buscando la forma de conectar con su hijo y ayudarlo a sobrellevar el duelo por el fallecimiento de la madre, su padre lo lleva a visitar El cementerio de los libros olvidados, un lugar secreto donde a Daniel se le permite elegir un libro que tendrá que proteger para siempre. El muchacho elige La sombra del viento, escrito por un tal Julian Carax. Cuando lo lee, queda fascinado y se empieza a obsesionar con su autor, del que no se sabe apenas nada. 

Daniel empieza a buscar más libros de Carax, pero descubre que la mayoría han sido destruidos. Todos los indicios lo llevan a un hombre que se hace llamar Laín Coubert, que es el nombre que toma el diablo en el libro de Carax. Aunque el mero hecho de ser poseedor de un ejemplar de La sombra del viento lo pone en peligro, Daniel se consagra a descubrir quién fue Carax, si aún está vivo y por qué Coubert quiere destruir toda huella de su obra. 

En cierto modo es una novela coral, porque tiene una gran cantidad de personajes y todos van compartiendo el protagonismo con Daniel en un momento u otro. La trama es bastante enrevesada pero confieso que me enganchó desde las primeras páginas y me fue atrapando más y más a medida que avanzaba en la lectura. No he tenido problemas con el estilo ni con el lenguaje, a pesar de que había visto algún comentario en el que lo tachaban de arcaico y rebuscado. A mí simplemente me ha transportado a una época lejana teñida de miseria y de tristeza. Casi he podido sentir ese olor a rancio de la posguerra, la desesperación de unos, la injusticia cebándose en otros, la prepotencia de los vencedores, y esa esperanza absurda del amor de juventud, que es común a todas las épocas, incluso a las más desoladoras.

Porque, entre la desgracia y la muerte, también hay espacio para el amor, y las historias de Julián y Penélope por un lado, y Daniel y Beatriz por otro, parecen seguir caminos paralelos y amenazan con converger en un mismo punto marcado por la desgracia. No soy muy fan de las historias de amor dramáticas, pero estas me han tenido con el corazón en un puño. El desenlace me ha parecido, si no perfecto, altamente satisfactorio. Creo que es una novela que merece la pena leer. Por todos esos libros que caerán en el olvido y que no podremos rescatar, porque no conocemos ningún Cementerio de los libros olvidados. Pero nos gustaría conocerlo, porque ¿acaso hay un pensamiento más romántico para un lector que la posibilidad de estar unidos a un libro de por vida? Probablemente no.