Nada es tan terrible (Rafael Santandreu)

Este libro se lo regalé hace un par de años a mi marido, que tiende a tomarse las cosas bastante más a la tremenda que yo (y que aún no lo ha leído, por cierto, aunque debería hacerlo). Yo soy, por naturaleza, mucho más positiva, y aun así, como todo el mundo, tengo buenos y malos momentos. Después del año y pico tan raro y complicado que hemos pasado, me pareció que incluirlo entre mis lecturas vacacionales seguro que sería positivo.

SINOPSIS:

Nada es tan terrible, el nuevo libro de Rafael Santandreu, es el manual de autoterapia más completo basado en la psicología cognitiva, la escuela terapéutica más eficaz y científica.

Nada es tan terrible contiene las herramientas de los mejores psicólogos del mundo para:

- dejar de preocuparse,

- disfrutar más intensamente de la vida,

- tener «cero» complejos,

- adquirir carisma,

- desactivar a las personas difíciles

- y acabar con todos los miedos.

Así como unas secciones especiales para aprender a:

- eliminar los ataques de ansiedad de forma rápida y definitiva

- y detener la cháchara mental inútil con el moderno mindfulness de tercera generación.

* * *

Suele decirse que un libro, por sí solo, no te va a cambiar la vida, y es verdad, pero no es menos cierto que algunos te dan las herramientas o el punto de vista necesario para hacerlo, y entonces solo te queda tomar acción. Puede que este sea uno de esos libros. 

Yo hace tiempo que me acostumbré a desdramatizar muchas de las situaciones que antes me agobiaban, preguntándome eso de "Pero, a ver, ¿qué es lo peor que podría pasar?". Y cuando una lo piensa fríamente, es verdad que, al final, como ya solíamos decir mis amigas y yo en la universidad, "Ningún examen merece que a mí me salga una úlcera". Este libro va un poco más allá, en dos direcciones: por un lado, enseñando a valorar todo lo que ya tienes y la cantidad de pequeñas ocasiones de sentirte feliz que surgen a tu alrededor cada día, independientemente de que la vida no sea perfecta. Por otra parte, sostiene que hasta lo que normalmente veríamos incluso como una desgracia, puede verse también como una oportunidad única de dar un vuelco a tu vida. 

Confieso que esta parte me ha convencido un poco menos, quizás porque me ha parecido algo excesivo el tono de alegría con el que se aceptan situaciones francamente duras, como una enfermedad grave o incluso la muerte. Que no digo que no sea posible o que no sea positivo, pero no creo que esté al alcance de la mayoría. Yo, con ser capaz de tomarme los problemas con filosofía, disfrutar más de las pequeñas cosas y aprender a ser un poco más feliz, me doy más que por satisfecha. 

De momento lo dejaré en que su lectura me ha resultado amena y, a pesar de no compartir al cien por cien algunos de los argumentos expuestos por el autor, sí que he sido capaz de valorar y empezar a aplicar gran parte de lo que sostiene. 

Creo que me va a servir. El tiempo lo dirá. Por ahora, solo puedo animaros a leerlo.