La princesa del millón de dólares (Claudia Velasco)

Aquí vengo con otro libro que incluí en mi lista de lectura para este verano y que tenía comprado desde hace tiempo precisamente para disfrutar de él en las tardes de piscina. Y vaya si lo he disfrutado.

SINOPSIS:

La rica heredera neoyorkina Virginia O'Callaghan se convirtió inesperadamente a los dieciocho años en una excelente candidata a "Princesa del Millón de Dólares". Era un selecto club de acaudaladas damas estadounidenses que a finales del siglo XIX se casaron con aristócratas británicos arruinados, no siempre a cambio de amor verdadero, pero sí de importantes y antiquísimos títulos nobiliarios.

Virginia era la prometida ideal para el atractivo y encantador Henry Chetwode-Talbot, heredero del prestigioso ducado de Aylesbury. Henry desembarcó en los Estados Unidos en 1900 buscando al mejor partido de Manhattan, que le ayudara a salvar su maltrecho patrimonio.

La aventura de Virginia y Henry se inició desde el momento en que se conocieron, y desde entonces sus caminos se vieron unidos irremediablemente. Juntos, iniciaron una aventura vital cargada de encuentros y desencuentros, amor y desamor, donde un tercero en discordia, Thomas Kavanagh, el mejor amigo de Henry Chetwode-Talbot, se transformará en el gran protagonista de esta peculiar y apasionante historia de amor.

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Aunque no soy muy fan de los triángulos amorosos, la sinopsis me llamó lo suficiente la atención como para pasar ese detalle por alto. El hecho de que una joven americana se casara con un aristócrata inglés para salvar a la familia de este de la ruina ya me parecía lo bastante atractivo como para lanzarme a por el libro sin titubeos. Pero es que, además, Virginia es una chica con la cabeza bastante bien amueblada, a pesar de su juventud. Es fácil encariñarse con ella e incluso comprender sus errores. Porque los comete, claro que sí. ¿Quién no ha hecho tonterías a los dieciocho años?

El error de Virginia es sucumbir a los encantos del encantador Henry, que oculta con habilidad sus defectos y solo deja ver su lado más despreocupado y amable. Aunque la familia de ella no parece dispuesta a dejar que se convierta en una Princesa del millón de dólares, ella no da su brazo a torcer y se empeña en casarse con él. Obviamente, se trasladan a Inglaterra. Y ahí comienza su aventura.

Aunque Henry es un personaje con muchos claroscuros y que en ocasiones se muestra egoísta e incluso odioso, no tiene mal fondo y me ha sorprendido que hasta le he cogido cariño. Sin embargo, el contraste con Thomas es tal que desde las primeras páginas se ve por dónde van a ir los tiros, y casi dan ganas de gritarle a Virginia que se olvide de Henry, que no es más que un niño mimado, y se centre en él, que es un hombre de la cabeza a los pies. 

La relación entre ambos hombres es bastante especial, y me ha gustado mucho conocer todos los detalles porque ahí está precisamente el conflicto de la novela. No hay la misma gracia en un posible triángulo amoroso si los rivales no son, además, grandes amigos, o se han criado juntos casi como hermanos. 

En resumen, me he metido de cabeza en la historia desde las primeras páginas y me la he ventilado en dos días. Es una perfecta lectura para quienes gustan de la romántica histórica, así que, si sois una de esas lectoras, no dudéis en lanzaros a por ella.