domingo, 18 de octubre de 2020

Preparando el NaNoWriMo

 Pues nada, aquí ando, preparando el NaNoWriMo.

Algunos seguro que pensaréis, "¿Y eso qué es?". Lo sé, dicho así suena bastante críptico y extraño, pero no lo es tanto. Viene de: National Novel Writing Month. O sea, El mes nacional de escribir una novela. 

Yo me enteré hace unos años de que esto existía, en 2015, cuando ya llevaba un tiempo escribiendo. Me pareció una idea curiosa y atractiva. Es una especie de reto que se hace no ya a nivel nacional en Estados Unidos, donde surgió, sino en todo el mundo. Se trata de escribir una novela de 50.000 palabras en un mes. Eso son 1667 palabras diarias. Por supuesto, lo que sale de ahí en el caso de que termines no es realmente una novela, sino un primer borrador que luego hay que pulir, pero oye, es una ocasión excelente para ponerse las pilas.

He participado hasta ahora tres veces: en 2015, en 2016 y en 2019. 


La primera vez, en 2015 la experiencia me gustó, pero fue un desastre. Mi idea no era mala, pero no la había trabajado lo suficiente y me había organizado menos aún. Resultado: 37.000 palabras que no sé si algún día llegarán a algo porque llegó un punto en que empecé a desbarrar bastante.

La segunda vez mi historia era buena, todavía creo que lo es. El problema fue el mismo que la vez anterior, que no la había trabajado lo suficiente. Empezaba bien, tenía un arranque fuerte y el final lo tenía clarísimo, pero a media novela me pasó lo que suele pasar a veces: mi novela empezó a perder fuelle y volví a quedarme a medias con poco más de 38.000 palabras escritas. La retomaré algún día, pero cuando haya hecho el trabajo que no hice entonces.

La única vez que he cumplido el reto fue el año pasado. Llegué a las 50.000 palabras aunque mi novela no está terminada, pero le quedan apenas unos pocos capítulos, y espero terminarla pronto. Este verano ya le di una vueltecilla y ahora la tengo lista para continuar con ella en cuanto le toque el turno. La cuestión es que, aunque había hecho más trabajo de preparación que en los años anteriores (de hecho, creo que por eso conseguí cumplir el reto), fallé al elegir el narrador. Y es un error muy molesto porque después de 50.000 palabras es un rollo tener que reescribir la novela entera para cambiar de primera persona a tercera. Me consta, como os decía, lo he hecho este verano. 

Y llegamos al 2020. Un año raro, todos lo sabemos, pero una vez más me he animado a participar. Porque es una experiencia emocionante, divertida y muy productiva, y porque hace unos meses, cuando me apetecía volver a escribir contemporánea y estaba un poco desesperada porque todo lo que se me ocurría últimamente era fantasía o paranormal, las musas volvieron a mí y tengo una historia en mente que me encanta para este reto. 

Vamos al tema. ¿Cómo me preparo para el NaNoWriMo?

Hay consejos variados en diferentes blogs sobre escritura, pero la mayoría coinciden en los puntos básicos:

Y ahora vamos por partes:

Es conveniente tener pensados de antemano cuantos más detalles mejor. Yo empecé allá por el verano con un resumen general de la idea que se me había ocurrido, y lo he ido ampliando, cambiando y detallando a medida que se me ocurrían giros que me parecían interesantes o escenas que quiero incluir. En estos días estoy trabajando en la documentación y sigo realizando cambios, pero para el primero de noviembre tendré que empezar a trabajar con lo que tenga, por eso es importante tener en mente una historia lo más coherente y completa posible para entonces (ojo, no vale empezar a escribir antes de tiempo).  

Sinceramente, yo no he preparado nunca una estructura detallada hasta ahora. Solía trabajar con un planteamiento y unas primeras escenas muy bien definidas, un par de escenas fuertes en mente con los principales puntos de giro y momentos álgidos, y la idea del final. Con eso me apañaba. Pero, por experiencia, es difícil manejarse solo con eso para el NaNoWriMo. No tienes mucho margen de maniobra si de repente un día te bloqueas y no sabes por dónde tirar. 

Esta es mi parte favorita con diferencia. Cuando creo mis personajes les pongo cara (la de actores, modelos o quienquiera que vaya a representar su papel en mi cabeza mientras hablan, reaccionan, se pelean y se aman en las líneas que voy escribiendo), nombres, apellidos, fechas de nacimiento, escribo una pequeña biografía de los principales, incluyo detalles de su familia, sus estudios, sus relaciones amorosas (escribo romántica y es importante saber cómo les ha ido en el pasado), sus sueños, sus miedos, sus hobbies, su personalidad, sus manías, sus defectos... De todo un poco. A menudo, a medida que voy conociéndolos con mayor detalle, retoco partes del esqueleto de la novela para que encajen con el personaje que estoy creando. Por eso es fundamental conocerlos lo mejor posible antes de empezar. 

Es conveniente tener una ficha de personaje lo más completa posible, por eso os animo a hacer una, o tomar como ejemplo la que yo uso y que ya expliqué en ESTA  entrada.

En este punto incluiría también la documentación respecto al tiempo y lugar donde transcurre la novela, especialmente si es una historia fantástica y requiere de worldbuilding. 

Este es para mí una de las cuestiones más complicadas y además es que creo que no hay truco con el que estar segura de si has acertado o no, más allá del evidente: escribir, leer lo que has escrito, y ver si funciona. 

Como ya he dicho antes, el año pasado empecé mi novela con un narrador en primera persona y desde el punto de vista de la protagonista femenina, aunque sabía que tendría que incluir algunas escenas en primera persona desde el punto de vista del protagonista masculino. Cuando llevaba como tres cuartas partes me di cuenta de que no acababa de funcionar. Como a mitad del NaNoWriMo no es momento de ponerse a corregir media novela, porque entonces no terminas, decidí seguir adelante y cambiar más tarde aquello si veía que realmente no me convencía. Y eso hice, pero es un curro de la pera así que os aconsejo que lo penséis bien. Pensad la escena. Pensad quién la cuenta, qué hay que mostrar y a través de los ojos o de la imagen de quién. Dadle vueltas en la cabeza. Para mí, es el método con más probabilidades de funcionar. Confío en acertar este año. 


Esta si que es la parte peliaguda. Parece que no, pero 1667 palabras diarias de promedio son unas cuantas. Te puede llevar tranquilamente entre hora y media y dos horas conseguirlas, dependiendo del tipo de escena que toque. A mí me resulta muy fácil escribir las escenas intensas que tengo claramente visualizadas, sobre todo aquellas en las que hay un enfrentamiento o una pelea, porque los personajes "reaccionan" de forma natural y las palabras salen casi solas, pero hay otras escenas en las que cuesta la vida que el texto fluya, y lo malo del NaNoWriMo es que no puedes dejarlo para otro momento en que estés más inspirada o tengas más tiempo porque se te pasa el mes y no has hecho nada. Hay que aprovechar cada minuto y desde el primer día. 

Planificar la gestión del tiempo sinceramente a mí me suena a utopía, porque tengo un marido y dos hijos, una casa y un trabajo a jornada completa que a menudo hacen que me duerma delante del portátil de puro cansancio. Pero, si bien planificar de dónde y cuándo le voy a robar un par de horas a cada día me parece complicado, tengo clarísimo que hay que hacerlo, así que mi consejo es: aprovecha cada minuto, y empieza cuanto antes. Siempre es mejor escribir por la mañana o a mediodía un rato que dejarlo todo para la tarde o la noche. Si en ese poquito de tiempo consigo escribir quinientas palabras, pues oye, ya tengo hecha casi una tercera parte del cupo diario, y por la noche me costará menos llegar al total. Y si puedo rascar otro rato a media tarde y avanzar aunque sea otras doscientas, trescientas o quinientas, pues eso, que ya tengo el camino medio hecho. 

El truco está en ser constante y tratar de ceñirse lo máximo posible al número de palabras que deberíamos llevar de promedio cada día. Y si es posible, aprovechar los primeros días, que siempre se cogen con ganas, para sacar algo de ventaja. Cuando el mes va pasando, acabas necesitándola, podéis creerme. 

Hay días que, a pesar de todo, no puedes escribir nada. Porque estás agotada, porque tienes un contratiempo, o por lo que sea. Si llevas algo de ventaja, te costará menos recuperarte. Lo importante es que sea eso, un día aislado. Si dejas de escribir tres días seguidos, va a ser muy difícil recuperar cinco mil palabras de la noche a la mañana (a menos que te pases el fin de semana encerrado y escribiendo, claro), y es fácil que acabes sucumbiendo y tirando la toalla. Si te ocurre cuando queda poco más de un fin de semana, igual decides meterte un sprint final y el subidón de estar casi ahí te ayuda a cumplirlo, pero si ya la primera semana ves que te empiezas a quedar atrás, tienes todos los boletos para agobiarte y decidir que es demasiado para ti. 

Yo la verdad es que estoy deseando empezar. Me quedan aún quince días por delante para añadir detalles a mi planificación y hacerme la mejor amiga de mis personajes. Ya os contaré en qué queda el reto, pero confío en que este año también lo superaré. Voy a poner todo de mi parte para hacerlo.

Os dejo algunos enlaces interesantes de blogs que sigo y que dan también consejos como estos, por si os apetece echarles un vistazo: 

https://simplementemj.com/escribir-una-novela/

https://www.tintaalsol.com/2011/10/preparate-para-nanowrimo/

https://www.tintaalsol.com/2016/10/consejos-antes-durante-despues-nanowrimo/

http://www.excentrya.es/escribir-una-novela-9-preguntas-y-25-capitulos/

https://www.sinjania.com/metodos-de-escritura-metodo-del-copo-de-nieve/

Y si tenéis una novela en mente y os habéis planteado participar, ¡hacedlo! Es una experiencia genial. 

¡Nos leemos!

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