Hace tiempo que esta novela me llamaba la atención, aunque se aleja bastante de lo que acostumbro a leer. Finalmente la curiosidad y las buenas críticas me convencieron, y la pedí como regalo de Navidad. No he tardado mucho en ponerme con ella, como podéis ver.
SINOPSIS:
«Ainhoa Elizasu fue la segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna, telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud virginal.»
En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponen en relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás. La inspectora de la sección de homicidios de la Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará devuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado de huir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal al tiempo que convocar a los seres más inquietantes de las leyendas del Norte.
* * *
Antes de empezar a leer, la historia tenía ya dos cosas a su favor: primero, que varios amigos me la habían recomendado, y segundo, que el lugar donde transcurre me toca bastante de cerca (geográficamente), y tenía de antemano mis simpatías.
No me ha costado nada meterme en la historia. La inspectora Salazar es una mujer interesante, inteligente, acostumbrada a manejarse en un mundo de hombres en el que tiene que ser más dura y saber imponerse porque ser "la chica" es un hándicap importante. Tiene un marido casi perfecto y hasta ahí la parte buena de su vida. Su familia es casi una pesadilla: su hermana mayor es una tirana amargada, la segunda es un desastre, su madre, una enferma mental... Se salva la tía Engrasi, que le pone a la historia el contrapunto mágico, por su conocimiento de las tradiciones mágicas y su afición al tarot, y también el toque de estabilidad que Amaia necesita entre tanto caos. No solo el caso le complica la vida, también los hombres con los que trabaja (o al menos algunos), su familia, y sobre todo, los fantasmas de un pasado al que se ve obligada a enfrentarse al regresar a su pueblo. En una carrera contrarreloj para atrapar a un asesino, la tensión se acumula como en una olla exprés hasta llegar al desenlace, que, si bien es relativamente previsible, me ha parecido muy bien tramado y sin cabos sueltos.
Tengo que destacar el protagonismo del entorno en la novela, y la maestría con la que la autora lo muestra, aunque puede ser que, como es un paisaje muy parecido al mío propio, no necesite mucha sugestión para trasladarme allí. También me ha encantado la forma en que la fantasía, los mitos y la magia se enlazan con la realidad, dando lugar a giros en la historia muy interesantes que una inspectora de policía no puede ni aceptar ni explicar. La forma en que los recuerdos de Amaia van revelándose, poco a poco pero cada vez más intensos y frecuentes, eleva la tensión de un modo muy acertado. En resumen, me ha gustado mucho y lo recomiendo sin ninguna duda.
Por cierto, me parece necesario opinar también sobre una cuestión. Vi antes de leerlo algún comentario sobre que los personajes masculinos eran todos machistas y los femeninos se idealizaban hasta tener poderes sobrenaturales. Creo que quien los hizo no tiene ni idea de mitología vasca ni creencias populares, y se esforzó en buscar fallos. Hay machistas porque a mi parecer es un mundo machista, pero no todos lo son. Tampoco ella es la única brillante, como alguien insistía en criticar. Tiene compañeros que hacen bien su trabajo, y por supuesto también bastantes inútiles, pero eso pasa en todas partes. No es la única pero sí es la más brillante. De acuerdo, ¿y qué? Para eso es la protagonista, ¿no? Y sobre el resto de mujeres, dejando a un lado que no son perfectas ni mucho menos, sí, son fuertes. La cultura vasca es matriarcal, para el que no lo sepa, y estas mujeres son tradicionales y se ocupan de sus casas, sus familias y sus asuntos, hasta las últimas consecuencias. No es exagerado. Y la intuición, ya sea en forma de sexto sentido o de habilidades con el tarot, es parte de esas creencias populares tan arraigadas. Quizás sea porque conozco dichas creencias o porque soy también lectora de romántica paranormal, pero a mí no me chirría que la magia se mezcle en una historia, sea del género que sea, y en esta en particular creo que está muy bien integrada. Casi siento lástima por aquellos que han analizado la novela con ojo tan crítico que la magia y la mitología les han parecido fuera de lugar. Ellos se lo han perdido.
Pues nada, ya conocéis mi opinión. Ahora os toca decidir si la vais a leer o no. A menos, claro está, que ya la hayáis leído y queráis contarme qué os pareció...
Pues nada, ya conocéis mi opinión. Ahora os toca decidir si la vais a leer o no. A menos, claro está, que ya la hayáis leído y queráis contarme qué os pareció...
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