Orgullo y prejuicio (Jane Austen)

 Cuando empecé a reconciliarme con los clásicos, hace unos años, me hice una lista mental de aquellos a los que quería darles una oportunidad. Por supuesto, este libro estaba en ella, así que, en una de esas visitas familiares a la librería para comprar un libro cada uno que leer durante las vacaciones, me hice con él. Y este verano por fin ha tenido su momento. 

SINOPSIS:

La aparición en Longbourn, un pueblo de la campiña inglesa, de Charles Bingley, joven, soltero y rico, despierta las ambiciones de las familias del vecindario, que lo consideran un excelente partido para sus hijas. Él y su amigo Fitzwilliam Darcy, también adinerado, tendrán que luchar contra las intrigas con las que se tratará de poner trabas al amor que sienten por dos de las hermanas Bennet, pobres y modestas, antes de alcanzar un final feliz.

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Una de las cosas que más me ha gustado es que, a pesar de ser una novela que ya tiene unos añitos y está ambientada en una época que nos resulta lejana, es muy actual. Los personajes son muy reales, y tiene un humor muy fino que me ha gustado mucho. 

La familia protagonista está formada por el señor Bennet, excéntrico, directo y hasta un poco grosero, la señora Bennet, superficial, manipuladora y con pocas luces, y sus cinco hijas. La mayor, Jane, es hermosa, sensata y de buen carácter. La segunda, Elizabeth, es inteligente, resuelta y alegre. Mary es introvertida y prefiere los libros al trato con la gente, y las más jóvenes, Kitty y Lydia, arrastradas por la influencia de su madre, son las más frívolas y alocadas. 

Todo se revoluciona cuando se instala en el pueblo el joven Bingley, que se convierte en el objeto de curiosidad del resto, y objetivo de las madres casamenteras. Pronto surge una tímida atracción entre él y la joven Jane, y una notoria afinidad. Mientras su madre comienza a fantasear con casar a su hija mayor, Elizabeth siente una creciente animadversión por el mejor amigo de Bingley, el Señor Darcy, que es incluso más rico que él, pero también bastante asocial y orgulloso, y demuestra continuamente sentirse muy por encima de todos los demás. 

Las diferencias sociales y la reputación llevan las riendas de la historia, ya que marcan lo que es aceptable y lo que no, e incluso lo que puede llevar a una familia entera a caer en desgracia. Me ha encantado la evolución de los personajes, en especial de Lizzy, que juzga y condena con pocos datos a Darcy, del mismo modo que él simplifica midiendo a todo el mundo por el mismo rasero, y equivocándose de pleno (qué bueno es que un personaje se tenga que tragar sus propias palabras, ¿verdad?). La química entre ambos es innegable.

Los capítulos cortos han hecho de la novela una lectura ágil y que he disfrutado mucho. 

Por cierto, también he visto la película después de leerla, y creo que es una adaptación muy digna, a pesar de la dificultad que entraña normalmente cumplir con las expectativas de las lectoras.

Si no le habéis dado todavía una oportunidad, os animo a hacerlo. Y me contáis qué os ha parecido.