La vida después de ella (Abril Camino)

Aunque había oído hablar de Abril Camino, no había leído nada de ella todavía. Recientemente, en una charla con dos autoras a las que respeto y admiro y en cuyo criterio confío, me la recomendaron, y decidí echarles un ojo a sus libros a ver si alguno me llamaba la atención. Empecé por buscar si tenía alguno en Prime Reading, y como me salió este, pues lo descargué y un par de días después, lo empecé a leer sin tener ni idea de lo que me iba a encontrar. A pelo. Al fin y al cabo, está bien dejarse sorprender de vez en cuando, ¿verdad?

SINOPSIS:

Esta es la historia de un encuentro que no tendría que haberse producido.

Es la historia de cuatro días en una casa en las montañas.

La historia de dos personas que ya no tienen ninguna razón para ser familia. O quizá sí.

Esta es la historia de un duelo.

De un amor roto.

De una vida que se acabó demasiado pronto y dejó otras dos partidas por la mitad.

Es una historia de secretos que se desvelan al calor de una chimenea.

De recuerdos que se clavan en el alma.

De rencor, culpa y pena.

Esta es la historia de la vida que queda después de que a alguien se le acabe la suya.

Es una historia de supervivencia. De familia. Y de amor.

* * *

Cuando empecé a leer esta historia sin duda me sorprendió, aunque no estaba segura de si para bien o para mal. Coincido absolutamente en que es una historia de amor, pero no romántica, que es lo que más acostumbro a leer. Sin embargo, aunque pronto me di cuenta de que entre los personajes principales había más drama que otra cosa, le di una oportunidad. Parecían dos personas interesantes, a las que el fin de una relación había separado y, entre malentendidos, suposiciones, rencores y dolor, sus posturas eran ya tan alejadas que parecía que no había ninguna oportunidad de que llegaran a entenderse. 

Pero el destino es caprichoso (y más aún en manos de una escritora) y a David y Elisa no les queda más remedio que convivir por unos días, y enfrentar el dolor, y hablar. Y descubrir muchos porqués que habían quedado en el aire, y comprender algunas cosas que, aunque no cambian todo lo malo que uno ha podido llegar a sentir, sí ayudan a dar un paso adelante. Algunas penas no se superan, pero se aprende a vivir con ellas. Y siempre es más fácil cuando descubres que no lo has perdido todo, que aún te queda alguien a quien puedes seguir llamando familia y que seguirá estando ahí para compartir contigo lo que esté por llegar.

Es curioso ver cómo a veces nos dejamos llevar por los prejuicios incluso sin pretenderlo o sin darnos cuenta. Confieso en que yo también caí y supuse cosas que luego no eran tales y, al seguir leyendo y darme cuenta de mi error, me avergoncé un poco por ello, pero es parte de la magia de esta novela. Está bien darse cuenta de que todos podemos equivocarnos. De que, a veces, es demasiado tarde para enmendar algunos errores, pero otras veces no, y siempre es bueno intentarlo. Porque es estúpido perder a alguien que realmente queremos y merece la pena solo por miedo a abrir nuestro corazón y mostrarnos vulnerables. 

He comprendido el dolor de Elisa, la sensación de traición, el vacío de la pérdida terrible que ha sufrido. Pero también he descubierto poco a poco las razones de David, sus miedos y su arrepentimiento por todo lo que quizás debió haber hecho de otra manera, pero se dio cuenta cuando ya era tarde. 

A veces las cosas no son perfectas. Y, a veces, encuentras una novela con una historia de amor imperfecta, llena de tropiezos y errores pero que, al final, es AMOR con mayúsculas, del que está por encima de papeles, convencionalismos sociales y hasta rencores y culpas. La pluma de la autora es emotiva, sencilla pero trabajada. Siempre tiene la palabra justa para transmitir el sentimiento preciso.

Es una historia un tanto triste pero preciosa y llena de esperanza y de amor y, sin duda, os la recomiendo. No será lo último que lea de esta autora. ¿La habéis leído? ¿Os atreveríais a descubrirla?