Mi querida Anna García nunca defrauda. A pesar de que domina el drama como nadie, sabe alternarlo con las dosis justas de pasión, de esperanza y de risas, para lograr un cóctel perfecto incluso sobre algo tan complicado como el confinamiento que nos ha tocado vivir estos meses. Cuando retomé las ganas de leer, aunque fueran relatos, me pareció el tema perfecto, y la autora perfecta.
SINOPSIS:
Silvia está divorciada y ahora le toca quedarse con Alex, su hija de catorce años. No es fácil cumplir el encierro por coronavirus con una adolescente que solo quiere salir de casa, por eso sube al terrado del edificio a tomar un poco el aire. Allí se encuentra con Héctor, quien también necesita un respiro después de su trabajo en el hospital. Sus conversaciones pasan por la vecina loca de Silvia, por el vecino misterioso que le roba la ropa interior del tendedero del terrado y, encuentro tras encuentro, se dan cuenta de con cuánta impaciencia esperan esos ratitos para verse.
Descubren que los momentos difíciles también sirven para sacar lo mejor de uno mismo, para ayudar a los demás y para volver a encontrar el amor de la forma más inesperada.
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Relatos como este eran justo lo que necesitaba para volver a leer tras la desgana que se había apoderado de mí en las primeras semanas del confinamiento. Ha sido genial esta iniciativa de Harlequin con la que muchas estupendas autoras nos han dado la oportunidad de evadirnos, y de descubrir su pluma.
Yo ya conocía la de Anna y sabía qué esperar de una historia como esta. No ha dejado por ello de sorprenderme con la fuerza de los sentimientos y las emociones: el cansancio, la impotencia, el miedo, pero también la entereza, la esperanza y la generosidad, que es lo que poco a poco nos ha empezado a sacar del pozo. Es de agradecer que incluso en medio del caos te puedan sacar una sonrisa, y también unas lagrimitas de emoción. Siempre digo que no soy nada llorona, pero últimamente he estado más sensible de lo normal. Será eso. O será que necesitaba emocionarme, no sé.
Me ha gustado mucho, si no la habéis leído, es el momento de hacerlo.
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