Aunque con un poco de retraso, aquí vengo con la crónica de un fin de semana, el de San Valentín, en el que disfruté de una de mis pasiones, la literatura romántica, en la mejor de las compañías.
¡Lo que puede dar de sí poco más que un sábado! Conversaciones sobre el panorama editorial, sobre novelas, sobre compañeros, sobre proyectos, sobre personajes... Recomendaciones, ideas, experiencias... De todo. Lo mejor de un encuentro como este, sin duda, es la gente con la que te reúnes y la oportunidad de intercambiar puntos de vista. A muchas de las amigas con las que he coincidido las conocía ya de otras ocasiones, como a Feli Ramos Cerezo, Caroline March y Arwen Grey. También Kris L.Jordan, Alissa Brontë, Jessica Lozano, Laura Nuño, Marisa Sicilia y Fabián Vázquez, y blogueras como Yasnaia Altube (Maca, mi niña, te eché de menos), Virginia Jiménez, Ester FG (que tuvo la bonita idea de hacernos posar con un cartelito para saludar a todos los que se habían perdido el encuentro), Eugenia-Catzinc, que aunque me conocía no me reconoció... jajaja. El encuentro estuvo lleno de anécdotas, aunque ¡me faltaron tantas fotos!
Fue especial poder conocer a mucha gente a la que aún no conocía en persona, como Noa Xireau, Patricia Dávila, Marissa Cazpri, Naitora McLine, Raquel García Estruch, May Blacksmith (que nos conocimos casi por casualidad y fue una sorpresa), Ana, de Librería Papelería Cala, o Alvaro Ganuza/Olivier Moon, también saludar a Isabel Keats, a la que admiro un montón; y no poder evitar sorprenderme cuando me presentaban a alguien y le oía decir "ah, sí" al escuchar mi nombre. Una compañera incluso me dijo que otra escritora le había recomendado mi libro "Depredador" recientemente, porque le había encantado. Comprenderéis que con comentarios como ese y rodeada de la gente que me acompañaba, me haya pasado medio fin de semana en las nubes.
También me consta que hubo gente a la que no vi entre tanto gentío, y seguro que me olvido de alguien, pero en fin, espero que sepáis perdonarme.
Sobre el Encuentro RA en sí, ¿qué puedo deciros? Me gustó el sitio elegido, la verdad. Estaba bien situado, era lo suficientemente cómodo y se veía y se escuchaba bien. La entrega de acreditaciones fue bastante ágil. Por otra parte, las colas en los baños en el descanso eran kilométricas, y los pasillos se quedaban pequeños para charlar y saludar a tanta gente. Inevitablemente al ser un sitio cerrado y haber tanta gente, hacía calor y el ambiente se cargaba después de estar un rato. Yo sin duda sugeriría para próximas ediciones o encuentros de este tipo descansos más largos o, mejor aún, una pausa larga para café y charlas a media mañana y otra a media tarde, entre mesa y mesa. Probablemente así la gente no se perdería parte de las mesas para tomarse un café y charlar a gusto con gente con la que le apetece estar y a quien, de otro modo, no puede ver seguramente en todo el año. También diré que me pareció un tanto vergonzoso el ir y venir de gente que entraba y salía de la sala como Pedro por su casa, sin el más mínimo respeto por la charla. A ver, no es cuestión de cerrar las puertas a cal y canto, pero si no te interesa, no entres. Puedo entender que alguien tuviera que salir a medias, o que tuviera que ir al baño, pero es que aquello parecía los pasillos del metro en hora punta, y me refiero a los pasillos de DENTRO de la sala. Para mí esto es una cuestión de educación, coherencia y respeto. Si no quieres estar, por lo menos no molestes, ¿no? Y la permisividad de la organización (que en otros momentos no dudó en sacar el silbato para poner orden) tampoco me pareció la mejor respuesta a este comportamiento, todo hay que decirlo.
Respecto a las mesas y presentaciones no puedo decir mucho, porque el viernes por la tarde me perdí todos los actos del programa y el sábado asistí a la mitad, más o menos. Tenía especial interés por la primera mesa "Contemporánea versus histórica". Admiro mucho la novela histórica bien hecha, puesto que me parece un género especialmente difícil, y en dicha mesa había algunas figuras verdaderamente emblemáticas en el panorama nacional. Participaban Ana Iturgaiz, Menchu Garcerán, Ruth M.Lerga, Loles López, Elena Garquin y mi querida amiga Felicidad Ramos, moderadas por Patricia Lauder. El debate estuvo bastante interesante y tuvo puntos divertidos. Reconozco que solo he leído a Feli de entre todas las autoras, pero algunas de ellas me dieron sobradas razones para leerlas cuanto antes (mi lista de lecturas pendientes no hace más que crecer). Lo que me quedó clarísimo es que la romántica histórica, y especialmente la Regencia, es mucho más que "sota, caballo y rey". Eso sí, me llevé la sensación (y no es la primera vez) de que difícilmente vamos a lograr que deje de verse a la Romántica como un género menor, cuando entre nosotras mismas, las autoras y lectoras de Romántica, hacemos distinciones en los subgéneros. Hay autoras que consideran la Histórica como el subgénero más "digno", por así decirlo, dentro de la Romántica, y menosprecian otros como el erótico, el paranormal o cualquier mezcla de varios subgéneros. Pues no estoy de acuerdo. Una historia puede ser buena o mala independientemente del género o géneros en los que pueda englobarse, y estar bien o mal contada sin importar tampoco dicho género. Vamos a dejarnos de prejuicios si no queremos que nos prejuzguen también a nosotras.
La segunda mesa versaba sobre "Premios Literarios", y estaba compuesta por Anna Casanovas, Merceces Perles, Mara Soret, Maria José Tirado, Mayte Esteban e Isabel Keats, y moderada por Laura Nuño. Hubo comentarios muy interesantes y otros no tanto, e incluso algunos que me hacían preguntarme hasta qué punto hay que sentirse orgulloso de uno mismo al ganar un premio. Si me permitís mi opinión, un premio es obviamente un trampolín, y se supone que se concede por cierta calidad, pero no es menos cierto que a veces los fallos son discutibles, o que no todos los certámenes tienen el mismo renombre. Creo que a algunas cosas hay que darles una importancia un poco más relativa.
La mesa sobre "La romántica fuera de nuestras fronteras", con Christina Courtenay y moderación a cargo de Merche Diolch me la perdí, así que no puedo opinar.
La comida fue una continuación de los debates, aunque esta vez ya entre amigas, y la siguiente mesa, "Más allá de la escritura", con Pilar Eyre, al final también me la perdí por estar saludando gente en los pasillos. Lástima, porque me dijeron que estuvo muy bien.
Después de esta quedaban dos mesas más, la primera "Nuevas apuestas", estaba moderada por María Cabal, y con la participación de Patricia A. Miller, Elena Montagud, Kayla Leiz, Lorena López Míguez, Moruena Estríngana, y Susana Bielsa. No asistí porque ya tenía otro compromiso para esa hora, pero la verdad, a priori no entiendo con qué criterio hay en esa mesa escritoras con una obra publicada (o una trilogía, tampoco importa mucho) y otras con más de media docena, si se supone que son nuevas apuestas. Después de cierto tiempo de actividad o de cierto número de publicaciones, no sé si se pueden considerar como tales. No dudo que todas ellas tengan el mismo derecho a estar en una mesa, pero no sé si una con ese nombre es la mejor opción para mezclarlas a todas.
Y la última mesa, "La voz de la experiencia", a cargo de Mar Vaquerizo y con la participación de Megan Maxwell, Olivia Ardey, Patricia Sutherland, Claudia Velasco, Kate Danon y Noe Casado, también me la perdí. por el mismo motivo.
Eché de menos alguna mesa de editoriales o de próximas publicaciones, independientemente de que fueran novelas de editorial o autopublicadas. También eché de menos tener un programa impreso, aunque según explicó Merche Diolch, la culpa era de la imprenta. Tampoco hubo discurso de apertura y según anunció tampoco había preparado uno de clausura. Puede considerarse espontáneo y desde luego, va en gustos, pero yo soy de las que agradecen un poco de planificación y de información. Si la organización quería romper con lo establecido, en ciertos aspectos lo consiguió, aunque con diferente grado de acierto en mi modesta opinión.
Sugeriría para futuras ocasiones abrir una ronda de consultas que permita saber qué esperamos los asistentes. Seguro que surgirían ideas innovadoras. Desde luego organizar algo de esta magnitud a gusto no ya de todos, sino tan solo de una cantidad importante de asistentes es un trabajo considerable, pero... suelo pensar que solo hay una forma de hacer las cosas, y es hacerlas bien (o al menos poner todo el empeño en conseguirlo).
En fin, os dejaré una muestra de la tertulia-experiencia sensorial que me tuvo ocupada gran parte de la tarde: el té. No creo que vuelva a hacer algo así en mucho tiempo, así que doy por bueno todo lo que me perdí para poder disfrutar de esto:
Regresé a mi casa con una pequeña bolsa llena de marcapáginas de recuerdo, un par de libritos y la antología, que leeré próximamente, además de "Highlander tenías que ser" y "El paraíso de Elva" firmados por sus autoras y que fueron y regresaron conmigo y en adelante guardaré como verdaderos tesoros. La sonrisa y la alegría por tantos encuentros emocionantes aún me dura, y desde luego, pretendo repetir en otra ocasión. Este tipo de encuentros carga las pilas y abre la mente a todo un nuevo mundo de posibilidades por explorar.
Hasta ahí mi experiencia, que espero que os haya gustado. Si me he olvidado de alguien, me disculpo una vez más. ¡Gracias por pasar a visitarme!
Permíteme, primero, que te felicite por la crónica que has hecho del evento, yo estuve presente (y sí, la mesa de Pilar Eyre nos dejó a todas embobadas, jajaja !) pero creo que para toda la gente que no pudo asistir, tu entrada es muy positiva para que sepan qué es lo que se coció allí dentro.
ResponderEliminarComparto contigo algunas valoraciones que has hecho: eché en falta un programa impreso, hubiera quitado alguna mesa de debate y quizás hubiera añadido algún otro tipo de actividad que nos explicara más sobre el mundo editorial o de creación de una obra, por ejemplo..y eché en falta más debate y menos "presentación" de autores. Algunas mesas me parecieron mucho más interesantes que otras y mi valoración general, viajando de tan lejos, es que lo mejor del evento es poder reunirte con mucha gente que tenía muchas ganas de conocer en persona, con lo que creo que deberían, para otro año, añadir algún valor añadido para que el evento sea más interesante aún.
Besos !
Muchas gracias, Maribel. Obviamente es difícil hacer algo a gusto de todo el mundo, pero con las opiniones de todos seguro que salen ideas para que el próximo año sea un encuentro aún más provechoso y atractivo.
EliminarBesos!
Me hubiese encantado estar allí y poder volver a achucharte, cariño, pero sé que el cosmos volverá a unirnos un poquito más adelante; jejeje.
ResponderEliminarMe alegra que disfrutaras tanto el encuentro y ese té en el Ritz. No sé si queda mal o no decirlo, pero lo mejor de estos eventos es ver/conocer a todas las personas que día a día ocupan nuestros momentos en las redes.
Besos, cariño.
No creo que quede mal en absoluto decir algo así, Maca. Un encuentro es eso, un encuentro, para estar al día, para aprender y para charlar con gente con la que tenemos un nexo de unión tan rico y variado como es la literatura romántica. Con tanto tiempo que compartimos con toda esa gente a lo largo del año ¡cómo no vamos a hacerle un hueco en una ocasión así! Aunque sea para un achuchón.
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