Tenía tantas lecturas pendientes que he tardado más de lo previsto en coger los dos últimos de la saga Amos y Mazmorras, pero a sabiendas de que las largas horas de autobús camino del RA me iban a permitir leer con calma, me metí de lleno en el séptimo libro prácticamente en vísperas del viaje. Qué ganas les tenía a Prince y Sharon.
SINOPSIS:
Sharon Fieldman tiene una vida apacible en Nueva Orleans. Posiblemente no es la que ella hubiera soñado, pero al menos, tiene un trabajo y un techo que comparte con su abuela Margaret, a la cual cuida con mucho cariño. Nada le hacía creer que ella, una sencilla chica nacida en Nueva Jersey, sería pretendida de la noche a la mañana por uno de los hombres con más pedigrí de Luisiana. Ni siquiera sabía quién era él, pero se quedó prendada de sus ojos azabache y del magnetismo de su voz. Las malas lenguas aseguraban que era un Señor de la noche, que sus gustos eran un tanto extraños y exigentes, y que su nombre reflejaba su origen y la realeza de su sangre: Prince Steelman.
* * *
La historia de Prince y Sharon no desmerece en absoluto al resto de la saga. Eran unos personajes que desde el primer libro prometían, y mucho, y al menos a mí no me han decepcionado. Por mucho que sea testarudo, desagradable y cruel, Prince es magnético e irresistible desde el momento en que aparece en la saga, de modo que me moría de ganas por conocer su secreto, su error, y el modo en que se había convertido en un ser tan amargado y dañino, porque mira que tiene mala baba, el tío.
Sharon me ha gustado mucho desde el principio, porque antes incluso de entrar en el mundo de Prince, se ve que es un diamante en bruto. Tiene carácter, es hermosa, fuerte, responsable e independiente. La vida la ha curtido mucho antes de que lo haga Prince, y aun así, cuando se encuentran, resulta evidente que son el uno para el otro y que encajan y se complementan a la perfección, como dos partes de una misma cosa. Tiene cierto sabor agridulce el saber de antemano que de estos dos libros (el 7 y el 8) en el primero vamos a conocer la historia pasada de la pareja y en el 8 la presente y —esperamos— la resolución al conflicto que arrastran y que los convierte en enemigos irreconciliables. Todos sabemos cómo estaban al empezar el primer libro, así que no nos sorprende mucho el final de esta primera parte de su historia. Bueno, más o menos. Yo intuía por dónde podían ir los tiros, pero me quedé corta, lo confieso. Por lo demás, la historia me ha gustado. Si acaso, le pondría como "pero" el hecho de en ocasiones me ha parecido que saltaba de una escena a otra con un socorrido "el tiempo iba pasando" (o equivalente) que me sonaba un poco infantil. No sé, me cortaba un poco el rollo. No es que sea una pega de consideración, pero en una saga tan redonda como esta tal vez podía haberse pulido eso un poco más. O quizás solo sea una percepción mía, que no soy ni mucho menos una experta y no tengo por qué tener razón en algo tan subjetivo.
En síntesis tengo que decir que me ha gustado mucho, que ha cubierto perfectamente mis expectativas, y que lo recomiendo sin dudarlo.
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