En cuanto empezó la temporada de piscina ya tenía yo listo mi siguiente libro de la Saga de los Malory. Y eso que en este caso era relectura, pues cuando lo compré me di cuenta de que ya lo había leído hace más de veinte años, cuando descubrí a esta autora al devorar las existencias de romántica de la biblioteca de mi localidad.
SINOPSIS:
En Inglaterra, a principios del siglo XIX, la bella Kelsey Langton, una joven de noble cuna, vive con sus tíos a raíz de la trágica muerte de sus padres. La familia esta arruinada y su tío Elliot, en un arrebato de desesperación, decide subastarla como amante de algún aristócrata, y ella lo acepta para salvar el honor y las finanzas de la familia. Afortunadamente, es comprada por el apuesto y simpático lord Derek Malory, que de esa manera la salva de caer en las garras de Ashford, su enemigo jurado y perverso obseso sexual. Derek y Kelsey inician una curiosa relación marcada por los equívocos y los malentendidos. No obstante, ninguno de los dos imagina que sus corazones tendrán la ultima palabra en la enredada situación en que se encuentran.
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Confieso que, tanto la primera vez que lo leí como esta segunda, el comienzo me pareció un poco kamikaze. Vale que la situación de Kelsey es un tanto desesperada, pero incluso contando con que es poco más que una cría, sin apenas experiencia de la vida (salvo algún que otro palo), y que se ve que su tío la engaña vilmente, lo de subastarse me parece una estupidez de manual. Y que la compre Derek, el premio gordo de la lotería, por supuesto. Un chico que había pasado más bien desapercibido en los libros anteriores eclipsado por sus tíos y hasta por su primo Jeremy (que el chavalín promete, todo hay que decirlo) resulta ser un protagonista más que interesante. A pesar de alguna que otra metedura de pata, Derek se revela como un buen hombre y todo un caballero, y es imposible no enamorarse de él. Kelsey también muestra pronto de qué pasta está hecha, sacándose ella misma las castañas del fuego en más de una ocasión. Es una mujer joven pero fuerte y noble, y es comprensible que Derek caiga rendido ante ella. Los enredos son divertidos y se resuelven satisfactoriamente. La tensión es buena (aunque claro, al ser una relectura pierde un poco porque ya sabía lo que iba a pasar) y deja ese sabor dulce al acabar de leerlo, y las ganas de seguir con el siguiente de la saga. Muy recomendable.
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