En vísperas de Navidad me suelen apetecer historias navideñas cortas y fáciles de leer. Buscando en mi interminable biblioteca Kindle me encontré esta novelita corta que posiblemente compré en promoción gratuita. Y decidí darle una oportunidad.
SINOPSIS:
Valeria está destrozada, el poco equilibrio que existía en su vida se ha venido abajo, su novio le acaba de hacer la jugada del siglo y encima pronto será Navidad.
Harta de estar rodeada de personas felices que adoran esas festividades, decide reservar habitación en un hotel rural perdido en la montaña.
Nada más llegar, comprenderá que esas Navidades van a ser más interesantes de lo que pudiera imaginar, porque un hombre muy especial irrumpirá en su vida para terminar de volverla loca.
¿Soportará la tensión… navideña?
* * *
La principal ventaja de esta historia es que es corta y se lee rápido. No deja de ser interesante, aunque tampoco ha llegado a convencerme del todo. Para empezar, hay muchas cosas que me resultaban un tanto irreales (y que conste que soy una ferviente lectora de fantasía y paranormal, con lo cual considero que tengo una mente lo bastante abierta como para creerme cualquier cosa que me vendan de la forma correcta, literariamente hablando).
Valeria, la protagonista, tiene sus chispas de gracia, pero también tiene torpezas más bien forzadas, un poco de payaso de circo, y un carácter que en ocasiones anima a darle dos tortas con la mano abierta. Es una estúpida que encima se permite pensar que el borde es Christian, que al menos a mí me ha parecido que se limita a pagarle con la misma moneda (y demasiadas veces ni siquiera eso).
La trama no es especialmente original, aunque la verdad es que tampoco hace falta si está bien contada. Sin embargo, hay algunas cosas que me han chirriado un poco, como por ejemplo que se vaya a un hotel rural que de rural tiene poco o nada porque más bien es de lujo, pero le vayan a buscar con una furgoneta cochambrosa a la estación. No sé, yo tengo cierta experiencia en el sector turístico y he visto de todo un poco, pero un hotel en el que a uno le cobren un recargo si no participa en las actividades contratadas, pues la verdad es que no.
A pesar de esos pequeños escollos y de que Christian a veces recuerda a su famoso homónimo millonario aficionado a comprar ropa de la talla correcta sin preguntar, la historia es entretenida y a ratos hasta divertida. La relación se va forjando de un modo bastante natural y es agradable ver cómo los personajes superan la negatividad y los malos recuerdos que les traen las fiestas. El lenguaje me ha resultado un poco plano, y el hecho de que esté narrada en primera persona por la protagonista creo que lo acentúa aún más por la forma de ser de esta. Sin embargo, lo que más me ha fastidiado es que no tenga un final de "Fueron felices y comieron perdices" sino uno de "Continuará... posiblemente". Y encima es que no parece que vaya a continuar porque el libro ni siquiera está ya disponible en Amazon ni he encontrado apenas información sobre su autora y la posible continuación.
Me gusta que las historias románticas acaben bien. Me da igual que el final sea abierto o cerrado, pero el "continuará" no me vale sin previo aviso, y menos en Navidad.
En fin, me ha dejado un sabor agridulce, pero creo que he dado argumentos suficientes como para que cada cual sepa si puede estar a la altura de sus propias exigencias o no.
Lástima que esta opinión solo le sirva a quien ya tenga el libro por ahí guardado, porque, como os decía, no lo he visto disponible ahora mismo.
¡Gracias por leer mi opinión!
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