Este mes ha sido raro, raro. Entre el B'Radic, que me ha tenido emocionada y acelerada durante buena parte del tiempo, la última corrección y maquetación de Empujones del destino para su publicación en papel, el cambio de portada, y que he vuelto a estudiar, no he leído mucho, la verdad. Lo cierto es que solo he terminado un libro:
QUIERO QUE CONOZCAS A ALGUIEN, de Estefanía Yepes
He aquí un libro que hace tiempo que tenía, y que sin embargo, me costó un poco empezar y más aún arrancar con él. Aclararé que la historia me ha gustado mucho, me ha parecido muy bonita, muy intensa y bien tramada, aunque algunas cosas no encajan del todo con mis preferencias. El lenguaje a ratos me resultaba chocante, y sobre todo, Elsa no es exactamente el tipo de protagonista con la que conecto en pocas páginas, tal vez por eso me costó engancharme. Es una chica dulce, con un punto cabezota e impulsivo, cariñosa e inteligente, pero que se obstina en algo que yo creo que el común de los mortales aprende antes de los veinte años: que si tienes un amigo del alma y cruzas la línea con él, las cosas, por mucho que te empeñes, nunca vuelven a ser lo que eran.
El amigo del alma, Bosco, es un tío por el que cualquiera caería redonda en décimas de segundo: guapo, sexy, leal, cariñoso, divertido, y que siempre está ahí antes incluso de que lo necesite. La tensión sexual se lee desde la primera coma, y sin embargo ella se empeña en mantenerlo a distancia cuando salta a la vista que es demasiado tarde para tomar esa decisión, y para colmo lo culpa por hacer exactamente lo que ella le ha pedido... Vamos, que la chica no se aclara.
La verdad es que Elsa en esa parte de la historia es el perro del hortelano llevado a su máxima expresión, y me dieron ganas de darle dos tortas bien dadas (qué curioso, mi protagonista, Nadia, no es la única que se merece que le den con la mano abierta). Hasta ahí la historia me resultaba entretenida aunque un poco lenta, pero a partir de la mitad del libro empiezan a desvelarse secretos, la trama se complica y se centra en cuestiones más relevantes que el "no quiero perderte como amigo" y las cosas cambian. Me enganché rápidamente y me duró apenas 24 horas. El final me gustó mucho, con todo muy bien atado y resuelto como a mí me gusta, de forma que me deje la sonrisa en la cara.
Ahora estoy tratando de administrar mejor mi escaso tiempo libre y aprovecho los trayectos en autobús hasta clase para ir leyendo "Recuerdos", de Melanie Alexander. El mes que viene os cuento mi opinión.
¡Gracias por pasaros por aquí!
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