Hay fechas que marcamos en el calendario con toda la ilusión del mundo, a veces con meses de antelación. Es el caso del fin de semana del 18 y 19 de mayo, que tenía reservado desde hace tiempo para ir a Santander al 2º Encuentro NORA. El año pasado asistí al primer Encuentro NORA y a pesar de que no cumplió con mis expectativas al cien por cien, me gustó muchísimo el ambiente y el planteamiento, en el que se veía claramente la intención de hacer algo diferente, más participativo, en el que hubiera cabida para el debate y la participación de todos. Como ya he dicho, no lo lograron del todo, pero consiguieron que la mayoría de los asistentes nos lleváramos un buen sabor de boca y la sensación de que, tras la primera experiencia, vendrían otras incluso mejores, en el que se podrían pulir esos pequeños fallos de la primera vez. Al menos y yo así lo sentí. Y no me equivoqué.
Tras una semana de mucho estrés y de correr como una loca, el viernes por fin me metí en un autobús de camino a Santander. El tiempo prometía respetar las ganas de disfrutar que llevábamos todos, y por suerte cumplió. La temperatura era agradable y lucía el sol, así que después del invierno que hemos pasado en el norte, el comienzo no podría haber sido mejor.
El programa comenzaba con una charla sobre autopublicación a la que no llegué, y continuaba a las 19:30 con la bienvenida en el Salón real de billar del Palacio de la Magdalena por parte del Excelentísimo Ayuntamiento de Santander. El salón era muy bonito y no tenía nada que envidiar al del año pasado (el año pasado la recepción tuvo lugar en el propio ayuntamiento). El Palacio de la Magdalena es un marco incomparable, y desde el primer momento los abrazos, los saludos, los reencuentros y las presentaciones pusieron una nota alegre, emocionante y familiar. El ambiente fue fantástico y salimos todos de allí dispuestos a continuar disfrutando de la noche con cenas entre amigos, charlas y risas. Y café. Y más risas. Nos fuimos a la cama tarde teniendo en cuenta que había que madrugar, pero sin duda mereció la pena.
Por la mañana desde bien temprano empezó a salir gente en dirección al Palacio de la Magdalena donde, un año más, iba a tener lugar el encuentro. Repetimos con las caballerizas reales, aunque esta vez en el paraninfo, más grande y más cómodo que el salón del año pasado, y donde se veía mucho mejor. A mi parecer el cambio ha sido todo un acierto. Tras las acreditaciones y nuevos saludos, asistimos al discurso de bienvenida de la madrina del Evento, Olivia Ardey. Después, una pequeña charla de Marta Diego que nos dio unas pinceladas de historia de Santander, y ya a continuación, comenzaron las tertulias.
Primera mesa:
¿PUBLICAR CON O SIN EDITORIAL?
Moderadora: Marta Diego
Participantes: Lorraine Cocó, Kris L.Jordan, Yolanda Revuelta y Menchu Garcerán.
En esta primera mesa el tema se centró en los pros y contras de publicar con editorial o autopublicar. Cada autora explicó su experiencia y las ventajas que tiene (y que se le suponen, pero a veces no son tales) cada alternativa. El tema era interesante y aportaba diferentes puntos de vista, aunque la verdad es que no demasiadas novedades al respecto puesto que es un tema que se comenta bastante, al menos entre las autoras, y poco había que yo no hubiera oído ya con anterioridad.
Segunda mesa:
ESCRIBIR, ¿PROFESIÓN O HOBBY?Participantes: Marisa Sicilia, Cristina Roswell, Pat Casalá y Patricia Dávila
La mayoría de las autoras reconocían que veían la escritura más como una afición que como un trabajo porque no viven de ello pero señalaban que, aun así, eso no debería impedir que te exijas a ti mismo ser lo más profesional posible. A mi entender, hubo algunas preguntas que no tenían mucho que ver con el tema, como por ejemplo si importan o no las reseñas negativas. Creo que la opinión general es que importan y son útiles si son respetuosas, justificadas y argumentadas, aunque también hay discrepancia sobre si deben ser en público o en privado. De las críticas se puede aprender, y que sean públicas no es necesariamente malo, puesto que un libro que solo recibe alabanzas en cierto modo es sospechoso. También se comentó si la cercanía que permiten por ejemplo las redes sociales afecta a la imagen de un autor. Obviamente si el autor pierde los papeles en un momento dado, eso le va a perjudicar, pero también la cercanía y la accesibilidad despiertan las simpatías del público.
Se habló también de los concursos desiertos, otra cuestión que no parecía directamente relacionada con el tema de la mesa, a pesar de estar de actualidad. La conclusión principal de lo que se habló, por mi parte, es que no importa si para el autor es un hobby o una profesión mientras lo haga con dignidad y profesionalidad.
NUNCA JUZGUES UN LIBRO POR SU PORTADA ¿O SÍ?
Participantes: Maky Kaos, Nere Gurutxeta, Andrea Obregón
Fue este un tema complementario a la escritura del que yo diría que no había oído hablar mucho hasta ahora en un encuentro de romántica, o al menos no como tema principal de una mesa. Las participantes, profesionales del diseño editorial y de portadas, dieron recomendaciones sobre la calidad de las imágenes, sobre los derechos de uso, sobre el gramaje del papel, etc. Me sobró algún tecnicismo, pero en su conjunto fue interesante. Pidieron que los autores nos dejemos aconsejar sobre si la imagen encaja con el tema de la novela. Se comentó también si conviene seguir la moda o buscar la originalidad, y también se reivindicó la ilustración como producto de calidad que hace diferenciarse una portada, si bien en mi opinión no es algo que encaje con cualquier tipo de novela. Aun así, no es algo nuevo en portadas de romántica, puesto que en el pasado prácticamente todas las portadas eran ilustraciones a partir de una fotografía, y hoy en día abundan las ilustraciones por ejemplo en la novela chick-lit, cosa que alguna de las ponentes parecía haber pasado por alto al señalar el escaso uso de la ilustración como portada fuera de la novela fantástica y poco más.
Tras esta tercera mesa nos fuimos a comer, allí mismo, en la cafetería. Por cierto que he de decir que el servicio fue muy bueno y la comida excelente. ¡Y la compañía sin duda lo mejor!
Después de la comida y el café continuaron las tertulias.
Cuarta mesa:
SAGAS, PASIÓN POR DESCUBRIR MÁS Y MÁS
Moderador: Javier Granda
Participantes: Arantxa Anoro, Marta Lobo, Nerea Vara, Laura Sanz
La primera pregunta que se planteó fue si la saga surge sin haberlo pensado o se planea de antemano. La mayoría de las autoras coincidió en que es la historia la que en un momento dado pide una continuación. Se habló también sobre el miedo a que el segundo o tercer libro no sea tan bueno como el primero, o no guste tanto. Los autores somos conscientes de que las expectativas a veces son peligrosa, tanto las del lector como las propias. Lo ideal sería enfrentarse siempre a un libro con la mente en blanco y sin expectativas ni ideas preconcebidas, pero obviamente es difícil.
Quinta mesa:
¿TENEMOS LA ROMÁNTICA QUE NOS MERECEMOS? Participantes: Teresa Hernández, Lisa Aidan, Ana R.Vivo/Dana Jordan, Clara Maio
Aunque quizás esta era una mesa de la que se podía esperar algo más de polémica, no la hubo. Se habló de la idea generalizada de que la novela romántica es machista, y de la oportunidad de los autores de romántica para desmentir esas afirmaciones. Debemos reivindicar el arte de la seducción y del detalle ya que hay una carencia de seducción en la juventud de hoy en día y muchas relaciones tóxicas y machistas. Los autores y autoras de romántica tenemos la oportunidad de mostrar que el abuso no es amor, y que el juego de seducción no tiene nada que ver con machismo. Había un consenso general así que de polémica, nada.
CON A DE AMOR Y H DE HUMOR
Participantes: Olivia Ardey, Enrique García Díaz, Caroline March, Lola P. Nieva, Mara Soret.
La mesa comenzó con la pregunta de si es imprescindible añadir un toque de humor a la novela romántica. Aunque la respuesta general es que no es imprescindible ni mucho menos, en ocasiones es recomendable para compensar el nivel de drama, por ejemplo, ya que también hay momentos o temas duros. El uso que se haga del humor también depende del estado de ánimo del autor, que a veces condiciona el tono de lo que se escribe.
Señalaron también que es más difícil hacer reír que hacer llorar, y que además el humor tiene una fecha de caducidad más corta que el drama, por ejemplo, ya que hay situaciones que ahora pueden resultar cómicas pero que en cinco o diez años nadie se ría con ellas o apenas se entiendan (por ejemplo problemas con la tecnología). En resumen fue una mesa entretenida.
Tras el intenso día, tuvo lugar la entrega de premios al mejor autor del NORA. El tercer premio fue para Laura Sanz, el segundo para Lola P.Nieva, y la emocionada ganadora fue Lorraine Cocó. Fue un momento muy bonito y emotivo. Después se dio comienzo al sorteo final, del que todos los asistentes salimos con algún libro. A mí me tocó "Será como tú quieras" de Manuela Bueno, un romance erótico de la editorial Tempus Fugit. No conozco a la autora, así que ya os contaré cuando lo lea.
Ha sido un fin de semana genial, del que me llevo fantásticos recuerdos de la gente, de los amigos a los que hacía tiempo que no veía y de los que he conocido en estos días, de las charlas, de las recomendaciones de lectura. Tengo que hacer mención especial a la forma tan acertada en que la organización ha corregido pequeños errores que se les achacaron el año pasado, como por ejemplo que las mesas se habían planeado como debates y algunas de ellas se quedaron en nada porque hubo autores que se comieron el tiempo presentando su libro y moderadores que permitieron que pasara, para frustración de buena parte de los asistentes que esperaban otra cosa. Este año cada autor tenía dos minutos y medio para hablar de su obra y luego todos pasaban a hablar del tema previsto. Las risas fueron generalizadas en la primera mesa cuando sonó la alarma que marcaba el final de los dos minutos y medio de la primera autora, pero he de reconocer que la medida ha demostrado su efectividad, y las mesas han sido lo que prometían ser: mesas de debate y no presentaciones. Y aun así, he visto que en dos minutos y medio hay tiempo suficiente para llamar la atención de los lectores, porque me llevo varios nombres de autores y libros que han despertado mi curiosidad en esos breves minutos.
Enhorabuena a las organizadoras por habernos dado un encuentro de debates abiertos, en los que además, el público tenía la oportunidad de participar. Eso, y las charlas en los descansos, son para mí algunos de los puntos fuertes de este encuentro de romántica, y una de las razones por las que, si puedo, volveré el año que viene.
He echado de menos a algunas personas, he conseguido conocer en persona a otras, he vuelto a disfrutar de una ciudad preciosa y de dos días que me han cargado las pilas y me han llenado la cabeza de ideas, proyectos e ilusiones. Porque como bien dicen, el amor mueve el mundo. Y los autores y lectores de romántica, con encuentros como estos, podemos darle también un empujoncito para hacerlo un poco mejor. Porque en este mundillo, como en todos, hay trolls, decepciones y malos rollos, pero también hay mucha buena gente y muchas ganas de disfrutar ¡y se nota!
No tengo muchas fotos con gente, así que si tenéis alguna mía, por favor etiquetadme para que me la guarde. ¡Gracias!
No tengo muchas fotos con gente, así que si tenéis alguna mía, por favor etiquetadme para que me la guarde. ¡Gracias!
Espero poder asistir al Tercer evento NORA en 2019. ¡Confío en que nos veamos por allá!