jueves, 5 de abril de 2018

Espérame en Nueva York (Caroline March)

Este libro lo compré directamente en papel, lo tengo firmado por la autora y solo estaba esperando una ocasión propicia para leerlo, sabiendo de antemano dos cosas: que me iba a gustar, y mucho, y que me iba a hacer sufrir al menos en la misma medida. Porque he leído suficiente a Caroline March como para saber que sus historias son intensas y sus personajes imperfectos me tocan el alma. Y ha sido... uffff... todo lo que esperaba y más. Ya ocupa un lugar de honor en mi estantería. 


SINOPSIS:
¿Qué serías capaz de hacer si descubrieras que tu vida es una mentira y que todo lo que has logrado no tiene ningún valor? Tal vez sería el momento de escapar y empezar de nuevo. Esa es, precisamente, la decisión que toma la protagonista de esta novela, y lo hace refugiándose en la única ciudad del mundo en la que nadie la podrá encontrar: Nueva York. Allí, rodeada por la extraña y fascinante comunidad de vecinos que la acoge en Harlem, conseguirá al fin alcanzar la felicidad. Y junto a Jay descubrirá que el amor no es algo tan sencillo como ella pensaba, aunque sí mucho más apasionante, divertido y devastador. Sin embargo, ninguno de los dos protagonistas sabe que están apurando un tiempo que no les pertenece, pues el día que el cielo de Nueva York se cubre de cenizas ocres, el resto de sus vidas cambiará para siempre. ¿Podrán superar la cruel prueba que el destino les tiene preparada?

* * * 

¡Qué lástima me ha dado la chica cobarde desde el principio! No me extraña que quiera huir de su vida, porque la verdad es que es de auténtica pesadilla: gris, triste, aburrida, controlada y sin más futuro que más gris infinito frente a ella. No me extraña que esté deprimida y al borde de la desesperación. No me extraña que cometa estupideces, que no sea capaz de plantarse y dar a todos un corte de mangas recuperando a aquella chica rebelde que una vez fue. 
Aunque, a fin de cuentas, sí es capaz de dar un corte de mangas pequeñito y escaparse a Nueva York, esa ciudad donde todo el mundo parece anónimo. Allí descubre que, después de su vida gris, las cosas en aquella ciudad gigantesca y desconocida no son tan malas ni tan terroríficas, y es más fuerte de lo que cree, pese a su cobardía. Es capaz de reinventarse a sí misma, aunque en un principio parezca casi una caricatura. Tiene momentos muy divertidos, casi surrealistas. Los personajes secundarios son entrañables, y es imposible no cogerles cariño desde el primer minuto, aunque están todos como cabras (tal vez sea la mejor manera de sobrevivir a  una vida imperfecta sacándole el mejor partido posible).
Me han gustado todos: Malik, con su desbordante imaginación y su sentido de la lealtad y la amistad; Penny, con su descaro y su refrescante sinceridad; Lulah, Mara y Joseph, esa familia peculiar, valiente y entrañable; Vic, atacada de los  nervios y llena de altibajos pero incondicional hasta la muerte. Incluso Toño, que aunque a ratos lo odié, también acabó teniendo su parte positiva.
Y por encima de todos, él, Jay. Porque es la perfecta encarnación del chico bueno bajo la piel de un chico malo. El que sabe lo que quiere porque ha estado a punto de perderlo absolutamente todo. El que tiene la seguridad aplastante de quien ha viajado al infierno y ha sido capaz de contar el viaje de vuelta. El que enamora desde la primera mirada, desde el primer gesto. El que se queda en nuestra memoria al mismo tiempo que en la de ella, por tener el honor de transformar a la chica cobarde en una nueva persona, la mejor versión de sí misma: en una mujer valiente.
La transformación de ella es lenta, tortuosa y plagada de altibajos, y en algunas ocasiones la habría estrangulado, porque sus niveles de estupidez y/o cobardía superaban mi paciencia. No voy a decir que el final me sorprendiera en exceso (bueno, una parte sí, y es refrescante encontrar giros que no te esperas incluso en una novela en la que tienes un final satisfactorio y feliz garantizado) pero no por ello disfruté menos de cada página. El estilo de Caroline March es pulido, limpio, ágil, con un humor que fluctúa entre el sarcasmo y el absurdo y personajes redondos, llenos de contradicciones e imperfecciones. Porque la gente real es así: imprevisible a veces, cuadriculada otras veces, egoísta y cobarde, generosa y valiente. Gente llena de matices que hace lo que puede con su vida y deja recuerdos imborrables en los demás.
Como el recuerdo que dejará en mí esta novela. Si no la habéis leído, no sé a qué esperáis.


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